En cuatro años de carrera en las Grandes Ligas Ender Inciarte ha tenido varios motivos de regocijo.
Es ganador de un Guante de Oro por su gran defensa en el jardín central y este año tuvo una jornada de nueve imparables durante una doble cartelera, en la que remolcó ocho carreras.
Ese día el marabino igualó a su paisano y miembro del Salón de la Fama Luis Aparicio con al menos tres juegos de cinco imparables en una misma campaña, marca que no han podido batir Miguel Cabrera ni José Altuve, hoy por hoy los mejores bateadores nacidos en Venezuela.
Aunque probablemente ninguna de esos logros llene tanto de orgullo a Inciarte como lo conquistado con su actuación de ayer.
El patrullero de los Bravos de Atlanta, equipo que le dio la oportunidad de establecerse en las mayores, conectó un doblete abriendo el juego con el que alcanzó la redonda cifra de 200 imparables y unirse a un selecto grupo de venezolanos con al menos una temporada con este guarismo.
En la lista aparecen César Tovar, Magglio Ordóñez y los mencionados Cabrera y Altuve, este último a solo uno de conseguir esa cifra por cuarta vez en su carrera, todas de manera consecutiva.
Tan grandiosa puede considerarse la cosecha del zuliano, que es apenas el undécimo jugador en la historia de los “tomahwaks” que conecta dos centenas de inatrapables; segundo latinoamericano tras Felipe Rojas Alou, que lo hizo dos veces en las zafras de 1966 y 1968, y el primero desde 1996, cuando lo logró Marquis Grisson.
“Shaggy”, como se le conoce en el beisbol venezolano se fue de 4-1 y dejó su promedio al bate en .303, amén de ubicarse segundo en el departamento de hits conectados del viejo circuito, superado solo por Charlie Blackmon.
La consistencia que mostró desde el propio inicio le valió a Inciarte para ver acción en su primer Juego de Estrellas, en el que se puede considerar el año de su consagración.
Al final los Bravos no pudieron celebrar ampliamente la gesta, pues cayeron 4-3 frente a los Mets de Nueva York.