Germán Márquez utili-zaba su cuerpo mecánicamente. El instinto de tantos años en el beisbol es algo que llevará por mucho tiempo, incluso algunos años después de que se retire. Tomar la bola y desarrollar los mismos pasos que siempre hace, es como caminar. Mientras tanto, su mente estaba concentrada en el fugaz instante de preparar un envío. Se nota que el novato de 22 años de edad se toma muy en serio la trillada frase: «pitcheo a pitcheo».
Sin embargo, algo lo sacó de la rutina de su trabajo y lo llevó a un plano mayor. Carlos González, su compañero en los Rockies de Colorado, realizó una gran jugada en el jardín derecho, en el quinto inning. Fue justo en ese momento que Márquez notó que los Cachorros de Chicago no le habían conectado hit, a pesar de jugar en el volátil Coors Field de Denver.
«Al ver esa atrapada me dije: ‘este juego es mío’», relató el derecho vía telefónica a El Nacional. «Sabía que debía llevar el juego lo más lejos posible».
En el sexto capítulo el dominio aumentó, pero el hechizo del no hitter fue roto un episodio después, con un doble de «Después respiré profundo y seguí mentalizado», comentó el serpentinero que se mantuvo 8.0 tramos en la lomita.
«Me puse a batallar para obtener la victoria». Y, más allá de tal concentración, todo le salió bien. Incluso conectó un sencillo en la parte baja del séptimo para impulsar par de carreras y prácticamente sentenciar el lauro rocoso, y su primero de la temporada.
Para Márquez Kris Bryan fue una de esas tardes en las que los lanzamientos hacen exactamente lo que el cerebro ordena. Su recta estuvo en la zona o bastante cerca, y constantemente con un promedio de velocidad de 95.71 millas por hora, e incluso varias veces tocó las 98. Su curva no flotó en la ligereza del aire de Denver, sino que quebró como deseaba, así como también resultaron los engaños con el cambio de velocidad.
«La clave fue que combiné bastante los pitcheos. Mi recta cayó donde yo quería y la mezclaba con la curva y el cambio, que también hizo bastante efecto», detalló y no mintió. Sus lanzamientos rápidos fueron utilizados 67,68% de las veces que fue al plato, la curva 23,23% y el cambio 9,09%; son cifras del portal BrooksBaseball.net.
«Nada se puede controlar cuando se trata de la altitud del Coors Field», explicó. «Por eso debes salir a hacerlo de la mejor manera posible».
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