En el último juego de Navegantes del Magallanes el relevista Hassan Pena se fue a las duchas con la vista clavada en el suelo. Las veces que alzaba el rostro, su gesto le hacía honor a su apellido. Fue comprensible su vergüenza. Conquistó por quinta vez, todas consecutivas, el premio al Cerrador del Año, y una semana y media después había perdido el puesto en el galeón del Cabriales.
La despedida del cubano llegó con cinco carreras permitidas en 4.1 innings en la postemporada. Son guarismos que señalan un rendimiento que no es acorde al galardón que obtuvo por su campaña de 2.48 de efectividad y 16 salvados. Ni siquiera él estuvo con rodeos para criticar sus últimos días de la campaña.
“Estuve pobre, demasiado pobre”, soltó al describir sus playoffs. “Las cosas salieron bastante bien durante la temporada, desgraciadamente en enero nada salió como esperaba. Lo veo como cosas que son parte del beisbol. Debo continuar con el trabajo y tener la esperanza de volver el año que viene, si me lo permite la salud”.
Lo extraño en el caso del cerrador es que ni el mismo esperaba un rendimiento tan bajo. Se sentía más que bien. Su brazo y su mente estaban mucho más preparados que en años anteriores, de acuerdo con sus palabras. “Desgraciadamente cometí errores que me costaron y le costaron al equipo”, continuó. “Pero no pude haberlo hecho mejor. Entregué todo lo que tenía, di todo mi esfuerzo. Siempre estaré aquí para volver y ayudar a mi equipo”.
Tales palabras confirman sus intenciones de vivir una sexta campaña en la LVBP. Quiere estar aquí, en el circuito en el que ha salvado 86 compromisos, un logro que lo hace el extranjero con más rescates en la historia y mejor tercero, solo por debajo de los 88 de Francisco Buttó y los 124 de Richard Garcés.
“Claro que sí, quiero volver. Este país me gusta mucho. Yo le digo mi otra patria y estoy mucho tiempo aquí en Venezuela”, expresó el derecho que se puso a disposición de reforzar al equipo campeón de la liga en la Serie del Caribe. “Sé que aquí debo tratar de ir día a día, lanzamiento por lanzamiento. Los bateadores son muy buenos y me conocen, yo también a ellos. Trato de cambiarles la secuencia de pitcheos y de no ser siempre el mismo”.