El campocorto venezolano Elvis Andrus confesó en Arlington, el fin de semana, que llegó a temer por la continuidad de su carrera, luego de que un pelotazo le fracturara el codo derecho y le enviara por primera vez en su vida a la lista de incapacitados.
“Fueron muchas emociones juntas porque es la primera vez que me fracturo un hueso y es la primera vez también que quedo inactivo”, declaró el caraqueño criado en Maracay, rodeado de periodistas en el clubhouse de los Rangers de Texas.
Andrus quedó tendido de inmediato, al ocurrir el percance, y los médicos precisaron que sufrió la rotura del olecranon, una saliente ósea que permite el engarce del ligamento.
“Eso se convirtió en una enorme preocupación, en algo muy grande aquí, en mi cabeza”, atizó el infielder, con una sonrisa. “Pensé por momentos que no podría volver a jugar este deporte. ¿Y si fuera así, qué voy a hacer? Bueno, tengo a mi hijo y puedo jugar con él, así que no sería una persona completamente infeliz si no volviera a las Grandes Ligas. Pero en total me tomo como dos días para poder tranquilizarme y centrarme, poder decirme que todo está en la mente, que estas cosas pasan, que hay asuntos que uno no puede controlar”.
Andrus no fue operado y cumple con el reposo, aunque no se ha quedado en cama. Una vez que pasó el susto inicial “ha sido mucho más fácil tratar de rehabilitarme, buscando mantener mis condiciones físicas, especialmente las piernas”, relató. “Debo seguir activo de algún modo, tratar de conservar la buena forma, hasta que pueda empezar a utilizar el brazo”.
Se espera que el shortstop pierda el resto de abril y todo mayo, debido al percance. El infielder, pieza clave en las aspiraciones del conjunto texano, completó en 2017 una de sus mejores temporadas en su trayectoria en las mayores. Dejó average de .297, producto de 191 hits en 643 visitas al plato. Botó 20 jonrones y remolcó a 88 compañeros, además de estafar 25 almohadillas.