El pitcher venezolano Aníbal Sánchez, lesionado la semana pasada al recibir el impacto de un linietazo cuando se encontraba sobre el montículo, tomó con filosofía su derrota de este lunes luego de reaparecer en la lomita y probar lo más importante: que al menos está libre de molestias físicas.
Sánchez fue golpeado por una fuerte conexión de Andrew McCutchen en el Nationals Park de Washington. Debido al hematoma causado por el percance, tuvo que dejar la lomita dos innings después, antes de iniciar el quinto tramo
Durante algunos días sintió dolor en el músculo flexor de la cadera, pero fue capaz de reaparecer, y de nuevo ante los Filis, aunque esta vez en Filadelfia.
Permitió tres carreras y ahora llegó al sexto pasaje, aunque solamente sacó dos outs en ese acto. No obstante tolerar siete imparables, el daño llegó mediante un jonrón de su compatriota Odúbel Herrera para empatar las acciones, y otro de Rhys Hoskins, con el que los cuáqueros se fueron arriba.
“Un pitcheo puede cambiar todo el juego”, expresó Sánchez, con filosofía. “Ellos son grandes bateadores. Perdí la ubicación de ese lanzamiento con Herrera y él pudo darle muy bien. Y con Hoskins me quedé un poquito alto y él puso un buen swing”.
El principal desafío era estar de regreso y su cuerpo respondió como el aragüeño esperaba, en una semana en la que le tocará abrir dos cotejos.
“Me sentí bien, creo que todo me funcionó bien en general”, dijo. “Creo que debo también darle crédito a los rivales”.
En total hizo 83 pitcheos, con 2 boletos y 6 pinches, y dejó en 6.52 su efectividad.
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