El lema de la campaña que llevó a Jesús Aguilar al Juego de Estrellas tiene muchas connotaciones religiosas, pero también tintes de realidad. “Yo creo en Jesús” puede referirse a la resurrección de la carrera del slugger venezolano, pero también a la oportunidad que recibió por parte de Milwaukee.
De ser rechazado por los Indios de Cleveland hace poco más de un año, a ser el primera base titular de los Cerveceros. De no tener un lugar seguro en la nómina de los lupulosos en primavera a ser miembro del roster de la Liga Nacional en el Juego de Estrellas.
La vida del maracayero dio un giro de 180 grados el 26 de enero de 2017, cuando Cleveland, la organización que lo firmó originalmente, lo llamó para notificarle que lo había colocado en waivers. Lejos del sentimiento de nostalgia que suele embargar a cualquier jugador con este tipo de noticias, él se sintió contento.
«Cuando me llamaron para decirme no pude estar más alegre. Siento que ese día me quité un yugo de encima. Ellos (Cleveland) no me dieron la confianza de jugar a diario y estaba evaluando otras opciones como irme a jugar a Japón o Corea del Sur», dijo Aguilar durante la rueda de prensa previa al Juego de Estrellas. «Todo esto que me está pasando ha sido muy rápido. Pienso que lo que necesitaba era un poco de confianza, algo que encontré finalmente en Milwaukee».
En tres temporadas con la tribu, Aguilar apenas tomó 58 turnos, una cifra muy baja para un jugador que entre 2013 y 2014 disparó 57 jonrones entre doble A y triple A.
«Es muy duro saber que no estás jugando todos los días, trabajas con más presión. Afortunadamente Carlos Subero, coach de primera de los Cerveceros, me recomendó con la organización y aunque no tenían un lugar seguro en el lineup para mí, el manager Craig Counsell me dio la oportunidad de jugar y el año pasado di 16 jonrones», dijo el fornido pelotero, quien este año obtuvo la segunda votación más alta para el Voto Final en el roster del Clásico de mitad de temporada, gracias a una agresiva e innovadora campaña organizada por su equipo a través de las redes sociales llamada: «Yo creo en Jesús», un slogan con clara connotación religiosa.