El Barcelona empató sin goles en la visita del Girona al Camp Nou, este lunes en el cierre de la 28ª jornada del campeonato español, pero ese punto permite al líder ampliar a 13 la diferencia de puntos con respecto al Real Madrid (2º).
En otras circunstancias, un empate en casa ante el Girona hubiese sido un mal resultado para el Barca, pero tras la derrota del Real Madrid el sábado ante el Villarreal (3-2) y con 12 puntos de ventaja sobre los blancos (antes de empezar su partido), el equipo catalán puede darse el gusto de perder puntos.
Otra cosa es que los más de 78.000 espectadores que decidieron ir al Camp Nou merecieran un mejor espectáculo después de haber hecho el ‘sacrificio’ de acudir al templo azulgrana en el lunes de Pascua, fecha festiva en Cataluña y último día de las vacaciones de Semana Santa.
Seguramente, la hora tardía del encuentro (21h00 locales; 19h00 GMT) y el hecho de que los niños catalanes vuelven a clase el martes, evitó que más de uno de aburriese por el pobre juego exhibido en la cancha.
Algo muy positivo en momentos en los que algunos de los rectores del fútbol se muestran cada vez más preocupados por el poco interés que muestran las nuevas generaciones por este deporte.
Porque, ciertamente, el partido del Camp Nou no servirá para que los responsables de LaLiga vendan el ‘producto’, ni a los más jóvenes… ni a nadie.
Lo más destacado de la primera media hora fueron los gritos de «¡Messi, Messi!» que volvieron a gritar los aficionados azulgranas en el minuto 10. Como si esos cánticos fueran oraciones que pudieran hacer posible la vuelta del Mesías.
«¡Messi, Messi!»
«Llevan dos partidos coreando su nombre y veo que genera mucha ilusión que pueda volver, pero veremos si se puede dar; ahora lo que tenemos que hacer es concentrarnos en lo que queda de temporada», declaró en conferencia de prensa Xavi Hernández.
A falta de conocer si es factible el regreso de Lionel Messi a la que fue su casa, entre otras cosas por la situación financiera del club catalán, el arquero argentino del Girona Paulo Gazzaniga obró el milagro al sacar un remate del uruguayo Ronald Araujo cuando la pelota ya tenía más superficie dentro de la portería que por cruzar la línea de gol (37).
Otro argentino, en el otro bando, Valentín ‘Taty’ Castellanos, decidió al inicio de la segunda parte que la mediocridad del encuentro no merecía goles y envió fuera un remate cuando se encontró frente a frente con Marc André Ter Stegen (55).
Con los 6 minutos de descuento, el partido se alargó otros 41 minutos más, o mejor dicho el suplicio, porque no volvió a pasar nada destacado, salvo un cabezazo de Gavi que mandó a córner Gazzaniga cuando muchos espectadores estaban ya pendientes del reloj para poner fin al calvario (90+4).
Suerte para los jugadores del Barcelona que los aficionados ven cerca un título liguero con el que olvidar sus penas europeas, porque de lo contrario, y sobre todo tras el 4-0 encajado en el último partido en el Camp Nou frente al Real Madrid en la copa, los hinchas podrían ser mucho menos indulgentes con el juego propuesto por los de Xavi Hernández, paradigma del juego de toque como jugador, pero que como técnico le está costando implantar ese estilo que llevó al Barca a la excelencia.
«Nuestro objetivo sigue siendo el de ganar la liga cuanto antes (…) Intentar ganar todo y si el Madrid se deja puntos pues muchísimo mejor», declaró tras el partido el capitán Sergio Busquets.