Se puede hablar de una escuela. Hay un método. El baloncesto argentino está diseminado en el Mundial de China. En Pekín, en Shangahi, en Shenzhen y todas demás sedes, corre sangre celeste y blanca.
Esta Copa del Mundo está teñida de argentinidad y no es un detalle menor. Sergio Hernández, Julio Lamas, Fernando Duró y Néstor García, son los entrenadores de Argentina, Japón, Venezuela y República Dominicana, respectivamente.
Un registro muy poco común para la competencia, incluso, sólo en un Mundial, Turquía 2010, hubo tantos técnicos principales de una misma nacionalidad: los estadounidenses Mike Krzyzewski (EE.UU.), Brett Brown (Australia), Bob Donewald (China), David Blatt (Rusia) y Tab Baldwin (Líbano).
Mientras se acomoda un bolso antes de salir a dar una vuelta por esta ciudad, Sergio Hernández, que lleva tres mundiales como técnico principal de Argentina, suelta una reflexión acerca de esta situación especial en la Copa del Mundo.
“Sin duda que es un motivo de orgullo para el baloncesto argentino. No es tan común que suceda algo así. Somos cuatro técnicos en diferentes selecciones, con escuelas distintas en cada país, hasta en un continente diferente, pero todo con raíces en la Liga Nacional. Sin duda que es magnífico que suceda así”, apuntó.
Son parte de una generación de entrenadores que se curtió con las enseñanzas de León Najnudel, que siempre les inculcó que los técnicos debían formarse para potenciar al básquetbol.
Y Julio Lamas es uno de sus discípulos. El ex entrenador de San Lorenzo, que dirigió a la Argentina en dos Copas del Mundo, en Grecia 1998 y España 2014, impuso su sello en Japón, que no accedía deportivamente a esta competencia desde 1998 (jugó en 2006 por ser organizador).
Lamas, al otro lado del mundo
En esta Copa del Mundo comparte el Grupo E, junto con los Estados Unidos, Turquía y República Checa.
«Para mí es un orgullo que haya 4 entrenadores argentinos dirigiendo en el Mundial. Es un hecho que antes solo sucedió en Turquía 2010 que fueron 5 entrenadores estadounidenses. Esta será la segunda vez con tantos entrenadores de una misma nacionalidad y esta situación sólo habla de la calidad de los entrenadores argentinos», le cuenta Lamas a La Nación.
Entre Hernández y Lamas compartieron más de 10 años como entrenador y asistente. Alternaron los cargos sin tener problemas de cartel. De la misma manera que Néstor García fue entrenador principal en el Suramericano 2012 y fue asistente de Lamas en el Preolímpico 2011 en Mar del Plata.
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El impacto de García
Como conductor de Dominicana, García tuvo que imprimirle su rigor al equipo caribeño en apenas 45 días, ya que su designación se confirmó en junio último. De allí su foco está en el Grupo G, uno de los más complejos de la competencia, ya que comparte la aventura con Francia, Alemania y Jordania.
“Sería muy necio si hablase sólo de entrenadores puntuales de la Argentina, es necesario hacer foco en la estructura del básquetbol de nuestro país. Porque cuando mirás el mapa completo del mundo, nosotros estamos del lado izquierdo, abajo y en una punta», dijo García, que ahora está cn Dominicana, pero que antes llevó a Venezuela a grandes logros.
«Y que salgan tantos protagonistas, es porque hay estructura para los jugadores, los entrenadores, los árbitros, los dirigentes, los periodistas. Si no es así no suceden las cosas. Los entrenadores progresamos, sí está bien, pero sin todos los otros estamentos que evolucionan es imposible que alguien pueda surgir”, explicó.
García acaba de hacer historia con Dominicana, ya que por primera vez venció a un seleccionado europeo: 70-68 a Alemania.
“León nos enseñó que no teníamos que aprender para dirigir bien, sino que teníamos que aprender de todo para aportarle cosas al baloncesto. Y el salto gigante que se dio con la Generación Dorada es fundamental», señaló el «Ché».
«Ellos le dieron una luminosidad a la lucha de estar de este lado del planeta y abajo. La luz la pusieron ellos, por eso creyeron en nosotros. Para mí en el baloncesto argentino hay dos momentos claves, la aparición de León y la medalla dorada en Atenas 2004”.
Tras el partido ante Alemania, se lo notó muy emocionado: “Estoy muy feliz de pertenecer a este grupo, de representar a este país y agradecido por el apoyo y el cariño”.
También habló de lo importante de la clasificación del seleccionado caribeño a la segunda rueda: “Es un logro meternos entre los mejores 16 del torneo ya realmente espectacular para nosotros”.
La hora de Duró
Para Fernando Duró será su cuarto Mundial y el primero como entrenador principal. Comenzó su aventura mundialista con Guillermo Vecchio en Toronto 1994, después acompañó a Rubén Magnano en Indianápolis 2002, siguió a Magnano en su experiencia como seleccionador en Brasil y participó de Turquía 2010.
Y en esta Copa, al frente de Venezuela, tuvo la dura misión de integrar el grupo A, junto con China, Polonia y Costa de Marfil y logró lo que parecía imposible: llevar al quinteto vinotinto a la siguiente fase de Mundial por primera vez en su historia.
«Es emocionante, es increíble. Somos 4 entrenadores generacionales, llevamos 30 años poniéndole el cuerpo al baloncesto. Es un orgullo ver cómo evolucionan los entrenadores argentinos, porque tenemos estructuras que lo permiten», dijo Duró sobre el momento que viven los técnicos de su país.
«La preparación de cada uno es determinante, somos exigentes, queremos hacer siempre las cosas. En América el baloncesto argentino es una marca. Lo que trascendieron Julio (Lamas), Sergio (Hernández) y Néstor (García) con sus trabajos en selecciones es impresionante», explicó Duró.
Conducción, carisma, rigurosidad, gestión, formación, una cantidad de herramientas que Hernández, Lamas, Che García y Duró, utilizan para asumir cada compromiso. Una formación plena en tierras muy lejanas, “ahí abajo, a la izquierda del mapa”, como dice García: la Argentina.