A cinco minutos de haber debutado con el uniforme de Boston, Gordon Hayward sufrió una de las lesiones más espeluznantes de las que se tenga memoria. Y probablemente ha quedado fuera por el resto de la campaña que apenas comienza.
Hayward, quien a mediados de este año se había declarado agente libre para firmar un convenio por cuatro campañas y 128 millones de dólares con los Celtics, se fracturó el martes el tobillo izquierdo y debió ser retirado en un carrito del partido inaugural de la temporada.
El alero estelar saltó en busca de completar un alley-oop, a la mitad del primer periodo del partido inaugural de la temporada. Cayó totalmente descompuesto tras una ligera colisión con LeBron James, el astro de los Cavaliers de Cleveland.
Horrorizado, el jugador de 27 años de edad gritó al ver que su pie izquierdo estaba totalmente torcido hacia fuera. Se llevó las manos al rostro y colocó su espalda sobre el piso.
El público que atestó el Quicken Loans Arena, con la intención de abuchear a Kyrie Irving en su regreso a Cleveland tras ser cedido en un canje a los Celtics, terminó solidarizándose con otro debutante del equipo rival.
Los jugadores de ambos clubes y muchos espectadores se mostraron consternados al ver el pie de Hayward. James hundió el rostro entre las manos, visiblemente apesadumbrado. Varios integrantes de los Celtics se abrazaron cerca del banquillo para orar. La pierna de Hayward fue envuelta en una tablilla inflable, antes de retirarlo del inmueble.
James se le acercó para darle algunas palabras de aliento. Y los fanáticos, que habían permanecido de pie durante los largos minutos que llevó la atención médica, comenzaron a aplaudir a Hayward.
Más tarde, los Celtics confirmaron la fractura. Se trata de un golpe devastador para un equipo que había reforzado su plantel con Hayward e Irving, a fin de desafiar a los Cavs por el título de la Conferencia del Este.
Ahora, Boston carecerá de Hayward durante un largo periodo. Parece probable una cirugía y una penosa rehabilitación. Irving fue quien envió el pase a Hayward, y lució entre los jugadores más conmocionados, junto con el veterano Marcus Smart.
Hayward pasó las últimas seis temporadas con el Jazz de Utah, antes de firmar con Boston para reencontrarse con Brad Stevens, quien fue su entrenador colegial en Butler.