Si a alguien todavía le quedaba alguna duda de que la temporada 2018 de la Liga Profesional de Baloncesto había sido la más accidentada y atípica en la historia, probablemente ya las haya despejado con la situación que se presentó ayer.
Y es que la Gran Final del circuito nacional que protagonizan Guaros de Lara y Trotamundos de Carabobo, y que se encontraba igualada a tres juegos, no se pudo definir anoche tal y como debía ser, porque la Comisión Técnica decidió postergar el último partido hasta que no se le haya encontrado una resolución al duelo del lunes, que fue puesto bajo protesta por los valencianos.
La causa del reclamo realizado por Trotamundos surgió tras la participación del jugador Gregory Vargas en dicho partido, a pesar de que había suspendido por seis juegos según el artículo 415 del reglamento de la liga, a raíz de los sucesos acaecidos el pasado primero de agosto en el Fórum Plaza Arena, en los que el jugador se vio envuelto en una riña con parte de la afición local.
Vargas no estuvo conforme con la sanción y acudió a una instancia mayor, específicamente a un Juzgado Superior en lo Civil y lo Contencioso-Administrativo dela Región Centro-Occidental, quien emitió una acción de amparo constitucional, conjuntamente con medida cautelar, que obligó a la LPB a levantarle la medida disciplinaria y dejar que fuera inscrito para el partido seis que se llevó a cabo en el Domo Bolivariano y en el que Guaros resultó ganador.
Pero la alta directiva de Trotamundos no quedó satisfecha con la decisión de la Comisión Técnica, porque creen que estuvo basada en una sentencia que viola los estatutos internos porque el Juzgado es un ente público que no debería tener injerencias en las medidas tomadas en una liga autónoma.
“Nosotros protestamos la alineación indebida del jugador, quien estaba suspendido. No lo hicimos antes del juego porque el artículo 126.1 del Reglamento Interno establece que ‘El Capitán del Miembro Asociado si se siente perjudicado deberá informar inmediatamente después del final del juego al árbitro principal que su equipo protesta y firmará la planilla oficial’ tal y como se hizo”, manifestó Federico Rojas, gerente deportivo del Expreso Azul.
Ante esta situación la Comisión Técnica emitió un comunicado en el que una de sus consideraciones reza que “no tiene potestad para dirimir diferencias, alcances y consecuencias de medidas legales que sean contrarias a lo establecido por en el Reglamento General Vigente de la LPB”.
Por ende acordó elevar el caso hasta la junta directiva del circuito, presidida por Allison Chacón, quienes tendrán en sus manos la última decisión acerca del juego 114 de la temporada 2018.
Confusión. Aunque no fue sino hasta mediados de la tarde de ayer cuando la LPBemitió un parte oficial sobre el desafortunado incidente, a tempranas horas reinó la incertidumbre tras reportarse que el conjunto carabobeño había abandonado las instalaciones del hotel en el que se hospedaban.
Incluso, se llegó a plantear la idea de que se les fuera decretado el forfait, tal y como sucedió con Gaiteros del Zulia en la final de 2003 frente a Marinos de Oriente, en la que el conjunto marabino no se presentó al tabloncillo después de los hechos de violencia que se suscitaron en el Gimnasio Luis Ramos de Puerto La Cruz.
Con esa posibilidad latente, trascendió que Chacón y el resto de los dueños de equipos que conforman la LPB se reunirán a más tardar mañana, para esclarecer los puntos y definir cómo será el desenlace de una bochornosa campaña en la primera liga del baloncesto venezolano.
Entre los escenarios posibles están la reprogramación del encuentro 114 de la campaña, la reanudación con el séptimo y decisivo partido o si finalmente Trotamundos se corona en la mesa.
“Evidentemente nosotros acataremos lo que determine la Junta Directiva” manifestó Rojas.