Una asociación japonesa de médicos pidió este martes la suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio, que pueden, afirman, agravar la situación sanitaria ya precaria en el país, actualmente afectado por una cuarta ola de infecciones de coronavirus.
«Pensamos que anular un evento que tiene el potencial de incrementar el número de infecciones y de muertes es la buena decisión», declaró en un comunicado esta asociación que agrupa a casi 6.000 practicantes, dice su sitio en Internet.
Señalando que reservar camas de hospital para los deportistas no correspondería a la Carta Olímpica, apelaron «firmemente» al gobierno nipón, a la ciudad de Tokio y a los organizadores de los Juegos a pedir la suspensión del evento al Comité Olímpico Internacional (COI).
La semana pasada, un sindicato de médicos hospitalarios nipones ya había estimado «imposible» organizar los Juegos Olímpicos en total seguridad «en un momento en que la gente en el mundo entero lucha contra el coronavirus».
A 66 días del evento, previsto del 23 de julio al 8 de agosto, tras su aplazamiento el año pasado debido a la pandemia, la población japonesa está masivamente a favor de un nuevo aplazamiento o de una anulación, de acuerdo con todos los sondeos.
Pero los organizadores no cesan de repetir que medidas antivirus muy estrictas y la prohibición de espectadores llegados del extranjero permitirán a los Juegos Olímpicos celebrarse «en total seguridad».
El comité de organización de Tokio-2020 anunció este martes haber recibido 395 candidaturas por parte de médicos del deporte, voluntarios para ayudar, dos veces más de candidatos que los esperados.
Tokio-2020 había confirmado a finales de abril haber solicitado por otra parte los servicios de 500 enfermeros japoneses para el evento, una iniciativa que había provocado vivas críticas en Japón.
Relativamente menos afectado por la pandemia en comparación con otros países, con unas 11.500 muertes oficialmente contabilizadas a principios de 2020, Japón sufre sin embargo un recrudecimiento de los casos de covid-19, lo que forzó la semana pasada a las autoridades a ampliar el estado de urgencia impuesto en una parte del país hasta el 31 de mayo.
El gobierno ha sido criticado por la lentitud de su programa de vacunación, cuando apenas poco más de 1% de la población recibió las dos dosis de Pfizer/BioNTech, la única autorizada hasta ahora en el país.