San Lorenzo fue el último de los cinco grandes argentinos en ser campeón de la Copa Libertadores. Debió esperar hasta 2014 para cristalizar un deseo que con el paso de los años se había convertido en una obsesión. De hecho, por esta tardanza soportó no pocas burlas de otros clubes que se le anticiparon en abrazar esa gloria, como Vélez y Argentinos.
Sin embargo, el Ciclón pudo ser un pionero, ya que fue el primer equipo argentino en participar de la Copa Libertadores creada en 1960 por iniciativa de dirigentes chilenos y el firme apoyo de colegas argentinos y brasileños.
San Lorenzo y sus conquistas
San Lorenzo había conquistado el torneo de primera división en 1959 y fue uno de los siete conjuntos del continente suramericano que animaron una competencia incipiente, embrionaria, a la que por entonces no se le podía augurar la trascendencia que adquirió en las décadas siguientes, con el auge de la televisión, la comercialización y el creciente interés por medirse con el monarca europeo por la Copa Intercontinental.
Este lunes 20 de abril se cumplen 60 años del primer partido de un equipo argentino en la Copa Libertadores. Por los cuartos de final, San Lorenzo hizo de local en el estadio de Huracán porque el Nuevo Gasómetro estaba en refacciones.
Goleó 3-0 a Sport Bahía de Brasil, con goles de Oscar Rossi, Miguel Ángel Ruiz y José Sanfilippo . «Qué raro un gol de Sanfilippo, ¿no?», es la reacción del máximo goleador histórico del Ciclón (205 tantos en dos etapas: 1953/62 y 1972) cuando el llamado telefónico de La Nación lo convoca para la evocación.
Ese día la formación fue con Tarnawsy; Páez e Iñigo; Castillo, Reynoso y Ravecca; Héctor Facundo, Ruiz, Rossi, Sanfillippo y Boggio. Director técnico: José Barreiro. Como curiosidad, en el segundo tiempo ingresó un juvenil Carlos Bilardo, por entonces puntero derecho, por Facundo.
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Participaciones argentinas en la Copa Libertadores
«Era un equipo 10 puntos en la parte ofensiva y seis en defensa. Había muchos que no sabían marcar, pero teníamos un gran poderío ofensivo, con una confianza enorme. Podíamos estar perdiendo 3-0 y después ganábamos 6 a 3».
«Futbolísticamente yo me entendía con todos porque a todos les decía lo mismo: ‘te toco la pelota y voy a buscar la devolución al espacio vacío, y si no me la pasas te agarro de la garganta, porque yo estoy creando espacios, algo que no sobra en el fútbol, no existen’ «, rememora Sanfilippo.
Al «Nene» le sigue encantando hacer comentarios autorreferenciales a los 84 años de edad y reivindicarse como un goleador bestial. Algo que se refleja en su sexto puesto entre los artilleros históricos de nuestro fútbol, con 226 festejos en 330 partidos entre San Lorenzo, Boca y Banfield.
Martín Palermo, el mejor cabeceador
El último en superarlo fue Martín Palermo, con 227 goles en 410 cotejos. «Palermo era un tipo torpe, pero si le ponías la pelota delante de él resolvía bien. Es el mejor cabeceador del fútbol argentino que haya visto, la clavaba en los ángulos. Ahora, si le decías ‘agarrá una pelota, gambeteá y hacé una pared’, no podía», lo describe Sanfilippo.
El «Nene» marcó el tanto en la derrota por 2-1 en el desquite en Brasil. Por mejor diferencia de gol San Lorenzo se clasificó a las semifinales, donde enfrentó a Peñarol, que había eliminado a Jorge Wilstermann.
Tras dos igualdades (1-1 y 0-0), hubo que fijar un partido de desempate que dejó marcada a la dirigencia del Ciclón como desaprensiva y escasamente visionaria. Le cedió a Peñarol la condición de local en el Centenario a cambio de quedarse con la recaudación, unos 50.000 pesos.
El equipo uruguayo venció 2-1 (gol de Sanfilippo) y en la final obtuvo el título al superar en un tercer partido a Olimpia. Aquella resignación económica le había dado rédito porque terminó disputando la primera Copa Intercontinental con Real Madrid.
Sanfilippo desconfiaba de Bove
Alfredo Bove era el presidente de aquel San Lorenzo que había hecho la concesión competitiva. Sanfilippo lo recuerda así: «Yo desconfiaba cuando cedimos la condición de local. Soy más desconfiado que la m. Me tenés que convencer, si no cómo te voy a decir que sí. Era una cosa de locos lo que hacían los dirigentes de San Lorenzo. Me peleé mucho, fui el primero que peleó por eso».
«Teníamos la oportunidad servida y no la supimos aprovechar. Muchos pensaron que los dirigentes habían hecho alguna travesura. Pero no, eran incapaces. Si tu quieres una comisión directiva capaz, que ayude al director técnico y al plantel, no puedes poner a un almacenero o a un hincha».
«Es lo mismo que yo hubiese llevado a mi viejo, porque lo quiero, pero si no sabe nada de fútbol, estoy cometiendo un error grave».
La charla posterga por un rato la siesta de Sanfilippo:
«Me asomo al balcón de mi casa, en Pedro Goyena y Emilio Mitre. Hay una arboleda impresionante por la que alcanza a filtrarse el sol. Termino de almorzar, me siento en el balcón y me duermo».
Y vuelve sobre la falta de visión estratégica: «Yo hace 30, 40 años que vengo diciendo que al plantel y al cuerpo técnico hay que rodearlo de una comisión de fútbol profesional. El mejor ejemplo es Enzo Francescoli. Con un perfil bajo, tranquilo, haciendo las cosas como corresponde, sabiendo ocupar su lugar, no se mete en las decisiones de Gallardo».
Siguió a San Lorenzo por televisión
A San Lorenzo campeón de la Copa Libertadores 2014 lo siguió desde su casa por televisión.
«Nunca me invitaron a ver un partido, pero no me interesa. Si voy a la platea de San Lorenzo, no hay presidente ni nada. Es todo para Sanfilippo, es lógico (se ríe a carcajadas). Y eso no les gusta porque algunos son celosos». Eso no quita que tenga un buen concepto del presidente Marcelo Tinelli: «Para mí, Tinelli le va hacer ganar plata a San Lorenzo por su capacidad comercial para los eventos.
«Es un empresario de la gran p.. , pero no conozco su capacidad para armar un equipo y manejar los contratos de un plantel. Parece un buen muchacho, lleva a San Lorenzo en el corazón. Un día me presentó a la madre y el padre, que eran fanáticos míos y de San Lorenzo».
Sobre el equipo que dirigía Edgardo Bauza, expresó: «Jugaba bien, sabía defender y atacar, no había egoísmo. Ortigoza no marcaba a nadie, pero jugaba muy bien. Los delanteros Cauteruccio y Matos rindieron. No había ningún fenómeno, todos rendían parejo».
De los delanteros actuales del Ciclón se queda con Adolfo Gaich:
«Es un fenómeno, me gusta. Tiene un físico bárbaro, es corredor, le pega con las dos piernas, sabe cabecear. ¿Cuánto más le puedes pedir a un pibe de 20 años de edad? Ahora hay que modelarlo, enseñarle».
Y retrocede en el tiempo para graficar la necesidad de que el goleador sea bien asistido: «Cuando habilidosos como Higinio García, el Beto Menéndez, Coco Rossi o Facundo iban a las líneas y tiraban el centro atrás, eran todas pelotas mías. Esos muchachos a mí me ayudaron mucho, me hicieron grande. Un día me enojé, les dije ‘pero carajo, me las tiran todas a mí, tengo que picar en todas, me están ahogando’.
En el vestuario vinieron dos o tres y me contestaron: «Nene, ¿sabés porque te damos la pelota a ti? Porque tú la metes adentro y nos haces ganar plata (otra vez carcajadas)».
Boca contra el Santos de Pelé
La final de la Copa Libertadores que Sanfilippo no pudo jugar con San Lorenzo la disputó con Boca, en 1963, contra el Santos de Pelé que obtuvo el título. En las semifinales se había encontrado otra vez con Peñarol y tuvo un desquite personal:
«Peñarol tenía a Abadí, Rocha, Sasía, Spencer, Joya. Joya era boxeador, medía dos metros. El Pepe Sasía te mataba adentro de la cancha, un guapo de la p. madre».
Y en la definición se topó con un Pelé que controlaba todos los registros de un partido:
«En la Bombonera ganábamos 1-0 con un gol mío. Pelé se tiró al piso, enfrió el partido al romperse el cordón con el que se ataba el pantaloncito. Tardaron como 10 minutos hasta que le trajeron otro pantaloncito. Era muy pícaro el Negro».