La actuación del venezolano Aníbal Sánchez, Max Scherzer y Stephen Strasburg con los Nacionales, se inscribe entre las principales hazañas que un grupo de lanzadores ha conseguido en una serie de postemporada en las Grandes Ligas.
Strasburg trabajó siete actos sin carreras limpias este lunes, en el tercer choque de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional. Con ello, mantuvo en 0.00 la efectividad de los abridores de Washington, que no han recibido anotaciones merecidas en su duelo con San Luis, iniciado el viernes.
Es la primera vez desde la Serie Mundial de 1966 que un equipo permite dos o menos rayitas, en cada uno de los primeros tres topes de un lance pautado, al mejor de siete.
Sánchez y Scherzer laboraron en blanco. Strasburg encajó una carrera sucia.
Es menester remontarse a aquellos Orioles de Jim Palmer y Dave McNally para encontrar ese precedente. Aquella escuadra contó con el aporte de Luis Aparicio en las paradas cortas y se alzó con el anillo en ese Clásico de Octubre, superando a los Dodgers de Sandy Koufax y Don Drysdale.
No es lo único. Contando los últimos cuatro episodios que lanzó Strasburg ante Los Ángeles en el quinto compromiso de la Serie Divisional, los abridores de los Nats bordaron 25.2 innings consecutivos sin permitir carreras, hasta que llegó la marca sucia de este lunes.
El único club con un desempeño superior a ese jugó en 1905, en la Serie Mundial. Fueron los Gigantes de Nueva York, cuya rotación llegó a sumar 44 entradas sin que le pisaran el plato.
Ya Sánchez y Scherzer habían hecho historia el fin de semana, al convertirse en la primera dupla en repetir actuaciones de al menos cinco pasajes sin hits, en una misma serie de playoff. Lo hicieron en 2013, cuando ambos militaban con los Tigres, y lo repitieron ahora.
El venezolano es, además, el único pitcher de todos los tiempos en haber coqueteado con un no-hitter durante seis actos, en una postemporada y de nuevo durante al menos siete episodios en otra campaña diferente.