El español Carlos Alcaraz, número 3 del mundo, derrotó este martes al griego Stefanos Tsitsipas (N.9) por 6-3, 7-6 (7/3), 6-4 y avanzó a semifinales de Roland Garros, donde se medirá al italiano Jannik Sinner.
Carlitos iguala así el resultado alcanzado el año pasado, cuando cayó eliminado en cuatro sets contra el futuro campeón Novak Djokovic.
Este año tendrá enfrente a Sinner, uno de los jugadores más en forma del momento y que ya se hizo con el primer Grand Slam del año, el Abierto de Australia en enero.
«Estoy agradecido de tener a Jannik en el circuito porque me hace ser mejor jugador», valoró Alcaraz sobre su próximo rival.
«Cuando salió el cuadro todo el mundo quería esa semifinal entre Jannik y yo, tengo ganas de jugar contra él y de que el cara a cara sea positivo. Jugar contra él es uno de los mayores retos que hay ahora mismo en el tenis», añadió sobre el italiano.
Sinner y Alcaraz llegan a ese duelo en igualdad de victorias en sus ocho enfrentamientos previos, con 4 para cada uno. El antecedente más reciente fueron las semifinales del pasado Masters 1000 de Indian Wells, donde el español infligió a Sinner una de las dos únicas derrotas que el italiano ha encajado este 2024.
«En los partidos que he ido jugando contra Jannik he ido aprendiendo a jugar contra él, a lidiar situaciones. Las semifinales (de Indian Wells) me ayudan a intentar buscar soluciones, al final es uno de los jugadores que siempre te mantiene a un nivel súper alto», analizó el joven de 21 años sobre sus últimos partidos contra Sinner, de 22.
Seis derrotas en seis partidos
Por su parte, Tsitsipas sigue sin vencer a su bestia negra, y sumó una sexta derrota en otros tantos partidos contra el murciano. El griego, finalista en 2021, vuelve a quedar apeado en cuartos al igual que el año pasado.
Este martes, en la sesión nocturna de la pista Philippe Chatrier, el joven murciano se llevó un primer set en poco más de media hora, noqueando con contundencia al griego y arrancando 3-0 la segunda manga.
Tsitsipas reaccionó, devolviendo el «break» al español y forzando el «tie-break», en el que de nuevo el español se mostró infalible.
El griego, cuyo nerviosismo era visible por sus contundentes quejas, cometió hasta 33 errores no forzados a lo largo del partido, como por ejemplo la doble falta en el séptimo juego del tercer set, que permitió a Carlitos romperle el servicio y gestionar la ventaja para cerrar el partido tras 2 horas y 15 minutos.