Dos pacientes más, Cleofe Carrillo y José Herrera, del psiquiátrico El Pampero, de Barquisimeto, murieron por desnutrición. Ya suman 11 los fallecidos en el centro de salud mental que depende de la administración de la Gobernación de Lara.
Pese a que desde septiembre los empleados del psiquiátrico denunciaron que las raciones de comida de los 67 pacientes que había recluidos eran cada vez más pequeñas –no consumen carne ni pollo, y las dos meriendas para poder tomar sus medicinas ya no se les da–, la nueva directiva que asumió cuando fue elegida la gobernadora Carmen Meléndez aún no fija posición.
El personal alega que además de las patologías de base de cada paciente, todos han bajado hasta 10 kilos porque no comen lo suficiente ni una dieta balanceada. La directiva no recibe donaciones de comida porque niegan que haya escasez de alimentos.
Las alarmas se encendieron entre los empleados cuando los pacientes comenzaron a morir con apenas un peso de 35 kilos, como es el caso de Omar Mendoza o el de Adamus Pérez, que pesaba 39 kilos cuando falleció hace una semana.
Pese a que la Defensoría del Pueblo acudió a las instalaciones hace dos semanas, luego de que los empleados y familiares de pacientes trancaron las calles para llamar la atención de las autoridades, aún no se ha resuelto la crisis de comida y alimentación.
Tampoco hay los medicamentos necesarios para mantenerlos recluidos y prevenir las crisis. Escasean los anticonvulsionantes, el tratamiento inductor del sueño y los medicamentos para tratamiento antisicótico se entregan de forma irregular.