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Comprar medicinas en la frontera: la opción para controlar la epilepsia

A pesar de las complicaciones para enfrentar su enfermedad, Sergio Castañeda espera cumplir sus sueños en otro país 

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Desde los 10 años de edad Sergio Castañeda es víctima de acoso en la sociedad, cuando descubrió que algo le ocurría debido a la cantidad de medicinas que le suministraba su madre. Un día enfrentó a la situación y preguntó porqué consumía tantos fármacos: para tratar su epilepsia.

Actualmente tiene 18 años. Aunque aprendió a lidiar con la condición, le ha tocado enfrentar otras situaciones en su vida. Recuerda con lágrimas en los ojos las personas que lo han acompañado incondicionalmente en la lucha por cumplir sus sueños. Reconoce que su madre ha estado a su lado en todo momento.

    

“Mi mamá es lo más importante. No me gusta que me den las crisis porque ella sufre mucho”, expresó a El Nacional Web.

La relación del joven con su padre es distinta. Aunque está pendiente de él, el joven dice que no siempre lo acompaña.

Viacrucis para comprar medicinas

Castañeda narra con timidez las dificultades que sortea su madre para conseguir las medicinas que necesita. Cada cierto tiempo la señora debe viajar a la frontera con Colombia para adquirir los remedios, escasos en Venezuela. Aunque el doctor le pide mantener la calma, el desespero llega cada vez que está a punto de quedarse sin insumos.

La búsqueda de recursos para costear los viajes y las compras es otra travesía. Los ingresos de la madre del paciente son los únicos en la familia. Además, no todas las semanas tiene trabajo.

“Como todo el mundo, la situación nos ha afectado. Tuvimos que reducir de tres comidas al día a solo dos para que nos rinda el dinero”, explicó de manera cabizbaja.

El joven quiere trabajar pero asegura que donde lo han contratado han abusado de él por su condición. Resalta que en su último trabajo el sueldo solo le alcanzaba para comprar un kilo de queso, por lo que decidió renunciar. Decidió abandonar los estudios por la situación que atraviesa actualmente.

Sergio Castañeda sonríe con esperanza pese a la situación que le ha tocado vivir. Espera cumplir sus sueños en otro país en el futuro.

“Quiero irme a Colombia, porque sueño con muchas cosas, quiero tener mi casa y continuar estudiando. Para eso me tengo que ir porque aquí es complicado (…) Quiero demostrar que no soy diferente, que puedo lograr todo lo que me proponga”, añadió.

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