Si se sigue cualquiera de los estándares internacionales para ciencia, tecnología e innovación, como el número de investigadores, publicaciones arbitradas hechas cada año o patentes registradas, puede verse el declive en Venezuela. Sin embargo, ahora lo que le preocupa a la comunidad científica es que pueda desatarse otra ola migratoria de los investigadores que aún viven en el país caribeño.
“Somos primero ciudadanos y después científicos. Es absolutamente seguro que si se produce una nueva ola migratoria, se van a marchar también científicos y estudiantes universitarios, muy parecido a lo que ha ocurrido en el pasado” aseguró en entrevista con SciDev.Net el físico Ismardo Bonalde, investigador del Centro de Física del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas y expresidente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales.
“A medida que se deterioran las condiciones del país, los investigadores más reacios a marcharse se lo piensan con más seriedad. Aunque el verdadero problema es cuántos investigadores quedan en Venezuela. En un trabajo que estoy por publicar, encontré que ese número es de apenas 1.243 investigadores trabajando y publicando en el país” dijo a SciDev.Net Jaime Requena, integrante de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales Sillón XXVI.
Requena es uno de los investigadores enfocados en rastrear cuántos investigadores siguen en Venezuela y cuántos publican de forma periódica. En su investigación “Estado de ciencia y tecnología en Venezuela” se contabilizaron 2.869 investigadores venezolanos que abandonaron el país hasta finales del año 2020.
En la actualidad, esta cifra supera ya los 3.000 investigadores migrados, lo que representa casi la mitad de la comunidad científica venezolana, si se considera que el país llegó a tener 6.831 investigadores activos en el año 2009, de acuerdo con las estadísticas del Programa de Promoción del Investigador.
Esta data, levantada con un rastreo de publicaciones en bases de datos científicas como Biblios o Web of Science, contrasta con las estadísticas oficiales.
El Observatorio Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación (Oncti), por ejemplo, habla de un universo actual de 24.000 investigadores venezolanos.
La diferencia no sólo es de proporciones sino también de criterios. El Oncti modificó su baremo de investigadores en el año 2011, para que cualquier publicación contara como una investigación científica, aun cuando no se tratara de revistas arbitradas por pares o reconocidas en el mundo científico.
Dos décadas y media perdidas de investigación en Venezuela
Detrás de la migración de los investigadores venezolanos hay un conjunto de causas que van más allá de los distintos episodios de crisis política que Venezuela vivió desde que los dos presidentes más recientes, el fallecido Hugo Chávez Frías y el actual, Nicolás Maduro, llegaron al poder.
“Muchos factores trabajaron al unísono para desencadenar el descalabro de la ciencia venezolana. Porque los investigadores redujeron sus salarios, perdieron la asistencia financiera para sus proyectos, sufrieron el deterioro de la infraestructura y, más importante, se les quitó la libertad académica y de pensamiento para que trabajaran en el uso de sus mejores capacidades en resolver el problema que les llamara la atención” explicó Requena.
“Son 25 años de atraso. Desde 2009 empezamos la caída en la producción científica en Venezuela. Hablamos de 60 por ciento de caída y con eso regresamos a la producción científica que teníamos en 1997 y 1998”.
Ismardo Bonalde, expresidente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales
Las limitaciones al trabajo científico, de hecho, son la primera causa (42 por ciento) que nombraron 253 investigadores encuestados en el trabajo “Migración de investigadores venezolanos: impactos e implicaciones de política pública”. Luego, le siguieron razones familiares (30 por ciento), económicas (19 por ciento) y estrés emocional (18 por ciento).
Esta migración de investigadores es parte de lo que originó que la producción científica de Venezuela fuera superada por otros países de la región como Colombia, Perú, Ecuador, Uruguay, Costa Rica e, incluso, otra nación con problemas políticos y económicos como Cuba, de acuerdo con la investigación “Producción de conocimiento en Venezuela 1970 -2022”.
“Son 25 años de atraso. Desde 2009 empezamos la caída en la producción científica en Venezuela. Hablamos de 60 por ciento de caída y con eso regresamos a la producción científica que teníamos en 1997 y 1998”, advirtió el investigador Bonalde, quien junto a Bárbara Montañes, hizo el análisis sobre la cantidad de papers publicados por autores venezolanos en Web of Science.
Conservar a los investigadores científicos y reimpulsar la producción de conocimientos y patentes parece que no será sencillo para Venezuela, aun cuando las fuerzas políticas de la oposición logren instalarse en el Poder Ejecutivo.
En el Plan de Gobierno de Edmundo González Urrutia y la líder opositora María Corina Machado se considera una reforma de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación que brinde más incentivos a los investigadores científicos y también destaca la importancia de una política pública especial para el retorno de los venezolanos migrantes.
Bonalde y Requena coincidieron en que la reconstrucción de las condiciones mínimas para el desarrollo de la ciencia venezolana debe incluir no sólo un mayor reconocimiento a los investigadores y un presupuesto más amplio para sus proyectos, sino también un plan que articule al mundo empresarial en el impulso de las investigaciones y las innovaciones a la venezolana.
Este artículo fue producido por la edición de América Latina de SciDev.Net