Se ha dicho muchas veces que más de 8.000 terminaciones nerviosas están involucradas en el complejo proceso fisiológico del orgasmo en las mujeres. Pero lo cierto es que algo tan natural se caracteriza por un tabú que infortunadamente se desliza hacia la ignorancia y el mal entendimiento del mismo.
El orgasmo es más que un evento genital y los conocedores prefieren ahondar la explicación indicando que es una respuesta fisiológica integrada que involucra a todo el organismo. Además de la sensación del placer, se acompaña de elevación del útero, lubricación vaginal, dilatación de la vulva, aumento en las secreciones de las glándulas pélvicas y del riego sanguíneo, contracciones musculares intermitentes, mayor presión arterial, capacidad pulmonar y ritmo cardiaco, así como variación de la temperatura, disminución del dolor y erección del clítoris.
Y aunque este entramado provoca un placer único y las sensaciones que produce pueden ser variables, el clítoris, que es el único órgano humano diseñado para dar placer, es el centro de este proceso.
De ahí que muchos expertos coinciden en que todo orgasmo proviene de la estimulación de este órgano y no de la vagina, lo que de paso aclara el mito sobre la existencia de varios tipos de clímax.
Para ser exactos, un estudio hecho por la Universidad de California demostró que las neuronas que se encargan de disparar el reflejo orgásmico en las mujeres se ubican solo en el clítoris. Sin embargo, en algunas mujeres ciertas terminaciones nerviosas del área pueden estar conectadas con el clítoris, de ahí que se piensa que la estimulación en zonas adyacentes es la responsable.
Y es que el clítoris normalmente puede llegar a medir hasta 12 centímetros, lo que le otorga una extensa área a estimular y por eso algunas personas que creen estar tocando el llamado punto ge en realidad están frotando el órgano del placer. Lo mismo con quienes juran que la penetración genera orgasmos específicos en la vagina, según explica la psicóloga clínica Sandra Herrera.
La experta aterriza, en ese sentido, que hablar de orgasmo vaginal es una manera curiosa de justificar la penetración, pero se sabe que para que esto conduzca a un orgasmo se requiere de una excitación muy elevada, un proceso en el que el clítoris nunca puede faltar.
Y por eso Herrera insiste en que no hay diversos tipos de orgasmo, sino solo el producido por el clítoris en una alta colaboración del cerebro, que modula los mecanismos de excitación.
La masturbación no es más placentera
Otro mito que se ha construido alrededor del placer femenino es que los orgasmos producidos por la masturbación son más intensos, cosa que a juicio de la evidencia no es cierto, pues no hay soporte científico en ello.
En realidad, no hay dos orgasmos iguales. La intensidad no depende del origen de la estimulación sino de las condiciones previas, de la actitud de la mujer y de la excitación, apunta Herrera, estudiosa de estos procesos.
También es cierto que las mujeres, a diferencia de los hombres, pueden tener orgasmos a repetición, el llamado multiorgasmo, que se presenta dependiendo de cada mujer, según un estudio de la Escuela de Sexología de París.
Por otra parte, si bien algunos autores sugirieron que durante el orgasmo se apagaban algunas áreas cerebrales, la investigación de los científicos franceses encontraron que esta afirmación no tenía evidencia y que por el contrario existe una mayor actividad neuronal durante este periodo, que en ellas puede durar entre 13 y 51 segundos, en contraste con los 3 u 8 segundos del masculino.
También es importante aclarar, al tenor de la evidencia, que toda mujer sana está en capacidad de producir orgasmos satisfactorios en cualquier etapa de su vida y que aquellas que dicen no haberlo experimentado solo necesitan conocerse más a sí mismas, concluye la psicóloga Herrera.
Con la estimulación adecuada se acumulan en el cerebro una serie de neurotransmisores (endorfinas, oxitocina, prolactina, adrenalina, testosterona y feniletilamina) que cuando alcanzan suficiente desatan una tormenta química que el cuerpo identifica como placer.
“Siempre un orgasmo es saludable y sus beneficios se han descrito innumerables veces. Toda mujer puede tener los orgasmos que desee siempre para un goce pleno de la sexualidad, siempre y cuando esto no afecte su cotidianidad”, manifiesta para finalizar la psiquiatra Olga Albornoz.
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