Los seres humanos somos criaturas sociales y la gente que se siente excluida a menudo experimenta soledad. De hecho, el aislamiento social aumenta significativamente el riesgo de que una persona enferme o muera prematuramente. Pero eso no quiere decir que las que son solitarias por decisión propia corren ese peligro.
Según el psiquiatra Ángel Martínez, las personas solitarias tienen un cerebro diferente a nivel anatómico y funcional. Por ejemplo, indica que hay estudios que han encontrado que las personas que prefieren estar solas “ven las cosas de otra manera y tienen el poder de decisión o de análisis diferente a los demás”, además de que “presentan una menor actividad en la zona del cerebro relacionada al sistema de recompensas”.
“Un solitario puede serlo por decisión propia o por culpa de los demás. Es decir, alguien puede decir que se encuentra mejor si la mayoría del tiempo lo pasa lejos de la compañía de los demás o puede que, a pesar de no querer esto, no encuentra con quién pasar sus horas. Sea de una forma o de otra, el cerebro de las personas solitarias tiene mucho que ver en ello”, afirma el psiquiatra, quien es director médico del Hospital Panamericano.
Las recompensas y el cerebro solitario
El doctor Martínez menciona un informe reciene del Journal of Cognitive Neuroscience, en el que se indica que la región del cerebro llamada “cuerpo estriado” tiene menos actividad en las personas que son solitarias.
“Esta zona se asocia a ciertas recompensas cotidianas, como por ejemplo el dinero y la comida. Para llegar a esta conclusión se agrupó a 23 universitarias y se les hizo una serie de preguntas para discriminar en qué grado se sentían aisladas socialmente, en qué grado eran personas solitarias y en qué grado disfrutaban y pretendían las relaciones sociales. Después se escanearon sus cerebros mientras miraban fotografías de personas felices. Así, encontraron que en aquellas alumnas que no tenían una vida social intensa se iluminó menos el área de ‘recompensa’, signo de una menor activación”, explica el médico.
Soledad, introversión y percepción
Aunque no hay muchos estudios sobre las características cerebrales de las personas que prefieren estar solas, el psiquiatra dice que la literatura médica ha encontrado resultados curiosos.
Por ejemplo, se ha demostrado que existe una estrecha relación entre la introversión, la creatividad y la originalidad. “Sorprende a su vez el hecho de que los solitarios disfrutan de un mayor goce o satisfacción al obtener resultados de sus ‘esfuerzos mentales’”, explica el doctor Martínez, tras mencionar que el National Institute of Health de Maryland, logró obtener data de personas socialmente retraídas que tienen mayor sensibilidad a las interacciones sensoriales y emocionales. “Esto significaría que lo que ocurre en este contexto de interacción les afecta más”.
Por otro lado, agrega el doctor Martínez, algunas investigaciones han descubierto que el cerebro de las personas solitarias tiene un mayor volumen de materia gris y unas redes neuronales mejor conectadas. “Específicamente, las redes predeterminadas (áreas cerebrales relacionadas con el recuerdo del pasado, la planificación del futuro o la imaginación) están conectadas con más fuerza en estos individuos. Presumiblemente, esto puede deberse a que los solitarios pasan más tiempo dedicados a este tipo de tareas mentales”.
Por eso, cuando un solitario está en medio de una reunión, fiesta o evento que conlleve estar cerca de otras personas, ciertas áreas del cerebro aumentan el flujo de sangre, lo que los hace experimentar una especie de sobreestimulación “que podría ser una de las razones por las cuales a los tímidos no les agrada socializar”.
De la misma forma, los estudios sugieren que el cerebro de una persona introvertida tiene la capacidad para adaptarse a diversas experiencias gracias a su sensibilidad adicional. Debido a ello, por ejemplo, pueden responder más rápido en momentos en los que puede haber una demanda social alta, como en ciertos estados de emergencia.
“Por último, vale decir que los tímidos son buenos al percibir sutilezas o detalles que los demás ignoramos. Por ello suelen ser buenos escritores, pintores o testigos ya que su cerebro les dispone para ello. De hecho, la genialidad, aparte de con cierto grado de locura, está asociada con la soledad”, afirma el psiquiatra.
Efectos negativos del aislamiento social
Por otro lado, no es lo mismo ser solitario por decisión propia, que estar aislado o excluido socialmente.
“En los últimos meses, la irrupción de herramientas como la inteligencia artificial ha demostrado que la soledad tiene efectos negativos en las personas. Ello implica que, por desgracia, aquellos que se sienten excluidos comienzan a sentirse solos, una situación que la Universidad de California utilizó como punto de partida para realizar escáneres cerebrales no invasivos a sujetos determinados. Y, al hacerlo, descubrieron que las personas solitarias no solo interpretan la realidad de forma diferente a sus coetáneos, sino que también ven las situaciones desde otro punto de vista”.
De hecho, se ha establecido que el aislamiento no deseado es un factor tan preocupante como el tabaquismo, la obesidad o la contaminación y muchos expertos lo consideran ya “una epidemia” que provoca enfermedades cardiovasculares y mentales.
Según informan los Institutos Nacionales de Salud (NIH en inglés) el aislamiento social y la soledad pueden causar problemas. “El aislamiento hace alusión al hecho de que otras personas estén físicamente allí, o no. Estar solo es no sentirse conectado con los demás. Puede sentirse solo en una habitación llena de gente”, explica el Dr. Steve Cole, investigador de la Universidad de California, en Los Ángeles, quien hace investigaciones sobre la soledad financiados por los NIH.
De hecho, advierten que las personas que se sienten solas corren un mayor riesgo de contraer enfermedades, incluidas las cardiovasculares, presión arterial alta y la enfermedad de Alzheimer. “La soledad también puede aumentar el riesgo de muerte en los adultos mayores”, advierten la agencia de salud, quienes sugieren lo siguiente:
1. Involucrarse con otros. Ser activo en su comunidad y ayudar a otros puede reducir los sentimientos de soledad. Puede hacerlo de las siguientes maneras:
♦ Sirviendo comidas u organizando donaciones de ropa para personas necesitadas
♦ Ayudando a una organización a enviar paquetes de suministros para los soldados localizados en el exterior
♦ Cuidando perros y gatos en un refugio de animales
♦ Siendo voluntario para hacer recados de personas con discapacidades
♦ Ayudando con la jardinería en un jardín o un parque comunitario
♦ Siendo voluntario en una escuela, una biblioteca, un museo o un hospital.
Según la agencia federal (NIH) los estudios han demostrado que los sentimientos de soledad se pueden reducir al ayudar a los demás. Por lo tanto, el hecho de ser voluntario para cuidar y ayudar a otras personas puede contribuir a que las personas se sientan menos solitarias.
“Tener un sentido de propósito en la vida puede ser otra forma de luchar contra los efectos de la soledad. La investigación ha descubierto que tener un fuerte sentido de la misión que uno tiene en la vida está relacionado con células inmunitarias más sanas. Y cuando se comienza a perseguir un objetivo importante, casi siempre tiene que cooperar con otros para hacerlo”, señala el doctor Cole. “Eso ayuda a que las personas se unan”.