Mantenerse hidratado es importante y existen muchas personas a las que les gusta tomar agua constantemente. De acuerdo con las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los Estados Unidos una ingesta diaria adecuada de líquidos es la siguiente: Aproximadamente 15,5 tazas (3,7 litros) de líquidos al día para los hombres. Aproximadamente 11,5 tazas (2,7 litros) de líquidos al día para las mujeres.
En esos valores también están incluidos los alimentos que contienen agua, que suelen ser los responsables de brindar el 20% de la hidratación que necesitamos.
¿Qué tanta agua hay que beber?
Sin embargo, su ingesta de líquidos puede cambiar por distintos factores como el ejercicio, ya que se está perdiendo agua y es necesario reponerla antes, durante y después del entrenamiento. El entorno también afecta: si el clima es cálido o húmedo, el cuerpo tiende a sudar, por lo que debe tomar líquido más seguido.
Si una persona está enferma, posiblemente requiera tomar más agua para evitar una deshidratación. Y por último, el embarazo o la lactancia, que son épocas en las que la mujer debe mantenerse bien hidratada.
Y si bien se recomienda que la ingesta se realice durante diferentes momentos del día, entre ellos las comidas, hay algunas personas que consideran que este consumo de líquido puede afectar o alterar su digestión.
Sin embargo, según explica el médico de la Clínica Mayo, Michael F. Picco, no existen motivos para pensar que el agua disminuya o rebaje (diluya) los jugos digestivos o interfiera con la digestión. De hecho, tomar agua durante o después de una comida ayuda a que el cuerpo descomponga y procese los alimentos (digestión).
“El agua es vital para una buena salud. El agua y otras bebidas ayudan a descomponer los alimentos para que el cuerpo pueda absorber los nutrientes. El agua también ablanda las heces, lo que ayuda a evitar el estreñimiento. Elige agua en lugar de bebidas con mucho azúcar cuando sea posible”, recalca Picco.
Cómo mejorar la digestión de los alimentos
De acuerdo con el experto, si lo que se buscan son estrategias para mejorar la digestión de los alimentos, son buenas opciones:
Mantén una vida sana.
Come muchas frutas, verduras y granos integrales.
Incluye productos lácteos bajos en grasa o sin grasa, como la leche y el yogur, y las carnes magras.
Mantén un peso saludable.
Haz actividad física la mayoría de los días de la semana.