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Ocho síntomas que evidenciarían la ansiedad por separación en los hijos

La ansiedad por separación es un trastorno que puede afectar significativamente el bienestar emocional y el desarrollo integral de los niños. Por esta razón, es fundamental que los padres reconozcan los signos a tiempo y busquen la ayuda de un profesional, pues, con la intervención adecuada, los infantes pueden superar este desafío y crecer en un entorno seguro y de apoyo
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La infancia es un período lleno de descubrimientos, emociones intensas y aprendizajes constantes. Pero también está marcado por una serie de desafíos, tanto para los padres como los niños, quienes deben enfrentarse a experiencias que pueden ser tan desgarradoras como inevitables. Sin duda, uno de los más comunes es la ansiedad por separación, donde cada despedida, incluso la más breve, se convierte en un reto significativo para los infantes.

Estar lejos de sus padres no solo les resulta incómodo, sino que desencadena una montaña rusa de emociones. Por esta razón, este fenómeno, que surge con frecuencia cuando los pequeños comienzan a explorar el mundo más allá de la seguridad de sus progenitores, representa una de las primeras pruebas emocionales que deben afrontar y superar.

“La ansiedad por separación en la infancia es un trastorno del desarrollo caracterizado por una angustia intensa y persistente que un niño experimenta cuando se enfrenta a la separación de las figuras de apego principales, como los padres y cuidadores.  Este tipo de ansiedad es una repuesta emocional natural en la primera infancia, especialmente entre los 6 meses y 3 años de edad. Allí, los niños están desarrollando un sentido de seguridad y apego; sin embargo, se considera un trastorno cuando es desproporcionado para la edad del niño. También, si dura al menos cuatro semanas y causa un deterioro significativo en el área social, académico o en otras funciones diarias del infante”explicó Madeli Santos, psicóloga clínica y neuropsicóloga educativa especializada en crianza consciente a Hogar y Familia.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos de ansiedad —entre los que se incluye el trastorno de ansiedad por separación— son los problemas de salud mental más comunes del mundo. Solo en el 2019, se estima que 301 millones de persona padecieron alguno de estos trastornos; los síntomas suelen aparecer durante la infancia o la adolescencia.

Los principales síntomas del miedo de estar solos en los niños

Los niños que sufren de ansiedad por separación pueden mostrar una variedad de síntomas, tanto emocionales como físicos. Por un lado, como aseguró Tatiana Mogollón, psicóloga y docente de Continental University of Florida, pueden manifestar miedo extremo de que algo malo les suceda a sus padres. Asimismo, preocupación constante de que se perderán o serán abandonados.

Finalmente, una resistencia intensa a quedarse solos o separarse de ellos, incluso por períodos cortos. Esto refleja una dependencia excesiva a los progenitores. Asimismo, pueden experimentar dolores de cabeza, náuseas, dolores de estómago y otros síntomas somáticos en situaciones de separación.

Ansiedad por separación Niños Salud Mental

Los niños que padecen este trastorno pueden experimentar una angustia extrema ante la perspectiva de separarse de sus seres queridos, lo que puede manifestarse a través de llanto inconsolable, pesadillas, quejas físicas como dolores de estómago o de cabeza, y la negativa a ir a la escuela o a quedarse solos en casa

También pueden tener pesadillas recurrentes sobre la separación y, en algunos casos, incluso pueden llegar a experimentar terrores nocturnos. De igual manera, como señaló Liliana Tuñoque, psicoterapeuta de la Clínica Internacional, en ocasiones los niños pueden tener comportamientos regresivos, como volver a tener accidentes referentes al control de esfínteres.

Ansiedad por separación: principales factores que la desencadenan

Según la neuropsicóloga educativa hay varios factores que pueden desencadenar o agravar la ansiedad por separación, incluidos cambios significativos en la vida del niño, como mudanzas, cambio de colegio o la llegada de un nuevo hermano.

Igualmente, situaciones estresantes, como la enfermedad o muerte de un ser querido y problemas en la familia, ya sea el divorcio o los conflictos entre los padres, pueden aumentar la vulnerabilidad del niño a desarrollar esta respuesta emocional.

Asimismo, el tipo de apego que un niño desarrolla en la infancia tiene un impacto significativo en su propensión a experimentar ansiedad por separación. Como afirmó la especialista de Continental University of Florida, los menores con apego seguro, es decir, aquellos que se sienten cómodos en la presencia de sus cuidadores y confían en que estos estarán disponibles cuando los necesiten, suelen manejar mejor las separaciones.

En cambio, los niños con un apego inseguro (evitativo, ambivalente o desorganizado) pueden experimentar una mayor ansiedad ante la separación, ya que su relación con sus progenitores es menos predecible o consistente.

Ansiedad por separación Niños Salud Mental


Los niños con un temperamento más sensible o aquellos que han experimentado eventos estresantes, como la pérdida de un ser querido, un cambio de residencia o problemas familiares, son más propensos a desarrollar este trastorno

“Las experiencias tempranas, especialmente las relacionadas con la consistencia y calidad del cuidado que recibe un niño, son fundamentales en el desarrollo de la ansiedad por separación. Por ejemplo, niños que han experimentado situaciones de abandono, negligencia o que han sido separados repetidamente de sus cuidadores primarios en los primeros años de vida, son más propensos a desarrollar ansiedad por separación. Por ello, la manera en que los padres responden a las necesidades emocionales del niño, como brindar consuelo y apoyo en momentos de estrés, también influye en cómo el menor aprenderá a manejar la ansiedad en general”.

Además, los padres que son excesivamente protectores o que transmiten sus propias ansiedades al pequeño pueden sin querer fomentar una dependencia emocional que dificulta la adaptación del niño a situaciones de separación. De igual manera, los factores genéticos como el temperamento pueden predisponer a un infante a desarrollar ansiedad por separación. De acuerdo con la psicóloga clínica, diversos estudios sugieren que, los niños con un temperamento inhibido, es decir, que tienden a ser más tímidos, cautelosos y que reaccionan de manera exagerada ante nuevas situaciones, tienen un mayor riesgo de padecer algún tipo de ansiedad.

Impacto en el desarrollo emocional y social del niño

La ansiedad por separación puede tener un impacto significativo en el desarrollo del niño. Si no se maneja adecuadamente, puede limitar su capacidad para explorar y aprender de nuevas experiencias.

De acuerdo con Tatiana Mogollón, un niño que experimenta ansiedad por separación puede evitar situaciones sociales, como ir a la escuela o participar en actividades extracurriculares. Así afecta sus habilidades sociales y su capacidad para desarrollar relaciones con sus compañeros.

Además, la ansiedad prolongada puede llevar a un desarrollo emocional más lento, con dificultades para regular las emociones y una mayor propensión a la inseguridad y la baja autoestima.

Ansiedad por separación Niños Salud Mental

La ansiedad por separación puede llevar a sentimientos de aislamiento, baja autoestima, y dificultades en la formación de relaciones saludables con sus compañeros. Mientras que a largo plazo, la ansiedad persistente puede aumentar el riesgo de otros trastornos de ansiedad y depresión

Estrategias a usarse para prevenir o manejar la ansiedad por separación

Los padres pueden implementar diversas estrategias para ayudar a sus hijos a prevenir o manejar la ansiedad por separación. Por ello, la psicoterapeuta recomendó las siguientes:

  • Establecer una rutina: crear rutinas predecibles para despedidas y llegadas puede ayudar a los niños a sentirse más seguros. La consistencia en los horarios proporciona un marco que les permite anticipar lo que va a suceder. Básicamente, cuando un niño sabe qué esperar y cuándo ocurrirá, es menos probable que experimente ansiedad ante la separación, por ello, las rutinas diarias, como horarios para las comidas, el sueño y las actividades familiares, ayudan a crear un entorno más estable, por ende, a mitigar este problema.
  • Practicar salidas cortas: comenzar con separaciones breves y, de forma gradual ir aumentando la duración puede ayudar a los niños a acostumbrarse a estar separados de sus padres, ya que les permite desarrollar confianza en que volverán. Por ejemplo, juegos como “desaparecer y reaparecer” puede favorecer a que el niño entienda que, aunque sus padres se vayan, siempre regresan. Además, es importante que antes de la separación, los padres hablen con su hijo sobre lo que sucederá, quién estará con él, cuando regresarán, etc.
  • Proporcionar una transición suave: usar objetos reconfortantes, como una manta o un juguete favorito, puede ayudar al niño a sentirse más seguro y conectado mientras está lejos de casa. Asimismo, es útil crear rituales de despedida, como una frase o un abrazo especial, dado que pueden proporcionar una mayor seguridad.
  • Hablar sobre los sentimientos: la educación emocional ayuda a los niños a identificar y expresar sus emociones de manera saludable, pues al enseñarles a los menores sobre sus emociones y cómo gestionarlas, los padres y cuidadores pueden empoderarlos para que enfrenten situaciones de separación con mayor resiliencia. Por ejemplo, pueden emplear diversas herramientas, tales como el uso del lenguaje emocional y la validación de sentimientos.
  • Mostrar confianza y calma: los padres deben mantener una actitud tranquila y confiada durante las despedidas, pues si ellos transmiten seguridad y confianza, el niño también lo va percibir, minimizando así el riesgo de que desarrolle una ansiedad por separación. Por este motivo, es indispensable que los adultos puedan trabajar en identificar y abordar sus propias ansiedades y emociones, de manera que puedan promover una mayor seguridad emocional a sus hijos.
  • Utilizar historias y libros: leer libros que traten sobre la ansiedad por separación puede ayudar a normalizar y abordar el tema de manera creativa y comprensible.
  • Mantener la comunicación: en el caso de separaciones prolongadas, como dejar al niño en un campamento o en la escuela, es importante establecer un sistema de comunicación (como una nota o un mensaje), con la finalidad de proporcionar tranquilidad.
  • Emplear técnicas de afrontamiento: los padres pueden enseñarles a sus hijos técnicas, como la respiración profunda o la visualización de un lugar seguro para ir disminuyendo la ansiedad de forma progresiva.
  • Fomentar la independencia: promover pequeñas responsabilidades y experiencias independientes, como jugar con otros niños o participar en actividades extracurriculares, puede ayudar a reducir la ansiedad al aumentar la confianza del menor en sí mismo. Igualmente, se le debe proporcionar al infante un entorno en donde se sienta seguro para explorar y aprender, en otras palabras, tener un área de juegos donde pueda experimentar y resolver problemas por sí mismo. También es fundamental que los padres reconozcan y celebren los pequeños logros de independencia del niño, ya que de esta manera se refuerza su autoestima y se le muestra que está progresando y manejando mejor la separación.

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