El pasado mes de julio, el famoso multimillonario Bryan Johnson anunciaba en Twitter que abandonaba el programa de intercambio de plasma joven porque, en su caso, «no hubo beneficios». Johnson, de 45 años y obsesionado por detener el envejecimiento, decidió a principios de año someterse a infusiones de plasma de su hijo de 17 años en busca de la eterna juventud. El llamado Proyecto Blueprint, en el que colaboran más de 30 médicos, se basaba en invertir el envejecimiento de las células del cuerpo y llegar al objetivo: regresar a los 18 años.
Para el que fuera fundador de Braintree, una ‘startup’ adquirida por eBay hace diez años no pudo ser, sin embargo un equipo de investigadores de Duke Health, acaban de publicar en la revista Nature Aging un estudio en el que afirman que sí que es posible rejuvenecer el cuerpo, al menos de ratones, con sangre de jóvenes. Los científicos descubrieron que cuanto más tiempo compartían la circulación los animales, más duraban los beneficios antienvejecimiento una vez que los dos ya no estaban conectados.
Detalles del estudio
En el informe se explica que el proceso de unión quirúrgica de los sistemas circulatorios de un ratón joven y viejo ralentiza el proceso de envejecimiento a nivel celular y prolonga la vida útil del animal más viejo hasta en un 10 %», explica.
Los hallazgos sugieren que los jóvenes se benefician de un cóctel de componentes y sustancias químicas en la sangre que contribuye a la vitalidad, y estos factores podrían aislarse potencialmente como terapias para acelerar la curación, rejuvenecer el cuerpo y agregar años a la vida de una persona mayor.
James White, el autor principal y profesor asistente en los departamentos de Medicina y Biología Celular en la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke y el Centro de Envejecimiento de Duke afirma: «Esta es la primera evidencia de que el proceso, llamado parabiosis heterocrónica, puede ralentizar el ritmo del envejecimiento, lo que se combina con la extensión de la vida útil y la salud».
White y sus colegas se propusieron determinar si los beneficios de la parabiosis heterocrónica (la fusión quirúrgica de dos animales de diferentes edades para permitir un sistema circulatorio compartido) eran fugaces o más duraderos.
Estudios anteriores en Duke y en otros lugares documentaron beneficios antienvejecimiento en tejidos y células de ratones más viejos después de tres semanas de parabiosis. Estos estudios encontraron que los ratones más viejos se volvieron más activos y animados, y su tejido mostró evidencia de rejuvenecimiento.
«Nuestro pensamiento fue, si vemos estos efectos antienvejecimiento en tres semanas de parabiosis, ¿qué sucede si llevas eso a 12 semanas», dijo White. «Eso es aproximadamente el 10% de la vida útil de un ratón de tres años».
White dijo que las edades de los ratones también eran importantes, con el ratón joven de cuatro meses y el ratón mayor de dos años. Con un seguimiento durante un período de desprendimiento de dos meses, los animales más viejos exhibieron habilidades fisiológicas mejoradas y vivieron un 10 % más que los animales que no se habían sometido al procedimiento.
Redujo drásticamente la edad
A nivel celular, la parabiosis redujo drásticamente la edad epigenética de la sangre y el tejido hepático, y mostró cambios en la expresión génica opuestos al envejecimiento, pero similares a varias intervenciones que prolongan la vida, como la restricción calórica. El efecto de rejuvenecimiento persistió incluso dos meses después de finalizarse.
En humanos, la exposición a la parabiosis sería el equivalente a emparejar a una persona de 50 años con una de 18 durante unos ocho años, y los efectos sumarían ocho años a la vida de la persona
White dijo que el experimento fue diseñado para estudiar si la exposición a largo plazo de sangre joven causará efectos duraderos en el ratón viejo. Emparejar humanos para la parabiosis heterocrónica obviamente no es práctico ni ético, dijo. También señaló que otras estrategias antienvejecimiento, como la restricción calórica, funcionan mejor para prolongar la longevidad en ratones.
«Nuestro trabajo apunta a la necesidad de explorar qué factores en la circulación de la sangre joven causan este fenómeno antienvejecimiento», dijo White y añadió: «Hemos demostrado que esta circulación compartida prolonga la vida y la salud de los ratones mayores, y cuanto más larga es la exposición, más permanentes son los cambios».
Y ahora qué
James White espera ahora comprender cuales son los elementos que están impulsando este descubrimiento y que aún no se conocen. «¿Son proteínas o metabolitos? ¿Son nuevas células las que proporciona el ratón joven, o el ratón joven simplemente amortigua la sangre vieja que envejece? Esto es lo que esperamos entender ahora concluye White.