CIENCIA

Jane Goodall, 90 años estudiando a los chimpancés para entender la evolución del ser humano

por Avatar EFE

La primatóloga británica Jane Goodall, que este miércoles cumple 90 años, alcanzó la talla global con su estudio de los chimpancés. Los ha examinado hasta el último detalle para, finalmente, poder llegar a entender mejor la evolución del ser humano.

Conocida como Lady Chimpancé, la naturista ha dedicado su vida al estudio y la protección de esos primates.

El emotivo abrazo que recibió de Wounda, una chimpancé a la que devolvió la libertad en 2013 en el Congo y que, poco después de salir de la jaula, la miró y abrazó en gesto de gratitud, es un símbolo de la vida de entrega que Goodall ha ofrecido a esos animales, a los que considera «nuestros parientes más próximos».

Cuando pisó por primera vez África, con solo 23 años en un viaje a Kenia, la londinense portaba en la maleta un título de secretariado. Así mismo, algo de experiencia laboral en una compañía de documentales. Sin embargo, no imaginaba que encontraría en aquel continente el propósito de su vida.

Jane Goodall chimpanchés

Un encuentro vital

El destino la colocó en el camino del antropólogo Louis Leakey (1903-1972) en Nairobi, con el que viajó como asistente a la garganta de Olduvai, popularmente llamada «la cuna de la humanidad», en busca de fósiles de homínidos.

Su carrera como primatóloga despegó tres años más tarde, cuando se trasladó, acompañada de su madre, al Parque Nacional de Gombe, en Tanzania -junto al lago Tanganika-. Viviría allí durante tres meses rodeada de chimpancés en su hábitat natural.

En un documental de National Geographic de 2017, Goodall recordaba cómo Leakey la había enviado a Gombe con la esperanza de que analizar a los chimpancés le ofreciese pistas sobre cómo era el ser humano en la prehistoria.

Fue entonces cuando descubrió que esos primates de mirada profunda y cuerpo antropomorfo introducían palitos de madera en los nidos de termitas para comérselas después. Es decir, que tenían capacidad para construir herramientas y que no eran herbívoros como se creía y llegaban a cazar pequeños mamíferos para alimentarse.

«Ahora tenemos que redefinir la palabra ‘hombre’, la palabra ‘herramienta’ o incluir a los chimpancés con los humanos», dijo Leaky, emocionado, cuando su discípula le contó su descubrimiento.

Jane y la evolución humana

Fan incondicional de niña de El libro de la selva, Tarzán y Dr. Dolittle, Jane Goodall decidió estudiar los chimpancés para intentar comprender mejor la evolución humana.

Sus investigaciones continuaron sobre el terreno. Así pues, formó un equipo científico de estudio y obtuvo el doctorado honorario en Etología por la Universidad inglesa de Cambridge en 1965. Finalmente, en 1977, fundó el instituto que lleva su nombre, cuyo objetivo es impulsar programas de conservación de la especie y mejorar las condiciones de vida de los chimpancés.

Desde que en 1987 abandonó los trabajos de campo, delegando esa labor a los miembros de su equipo, Goodall pasaba dos meses del año en Bournemouth, ciudad costera al sur de Inglaterra en la que creció. Asimismo, dedicaba el resto del año a viajar por todo el mundo para difundir sus ideas sobre la necesidad de conservar la naturaleza.

Foto National Geographic

Contacto temprano

Jane Goodall nació en Londres el 3 de abril de 1934 y su primer contacto con un chimpancé se produjo el día que cumplía dos años, cuando su padre le regaló uno de peluche llamado Jubilee, del que la pequeña se encariñó enseguida.

Entre los premios con los que ha sido galardonada figuran la Medalla de Tanzania, la distinción de Comandante de la Orden del Imperio Británico, la medalla Hubbard de la National Geographic Society y los premios de Kioto, Caring y Gandhi/King de la No Violencia.

En 2002 fue nombrada Embajadora de paz de las Naciones Unidas por «su dedicación a lo que es lo mejor de la humanidad», la naturaleza, y, en 2003 recibió la Medalla Benjamin Franklin.

En España consiguió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica por su «trascendental aportación científica» a la comprensión de la humanidad, en 2003, y el Premio Internacional de Catalunya, en 2015.

Foto National Geographic

Más recientemente, fue reconocida con el premio Templeton, en 2021, y la medalla Stephen Hawking a la comunicación científica, en 2022.

Asimismo, Goodall posee más de veinte doctorados honoris causa por universidades e instituciones de todo el mundo.

Su prestigio le ha llevado incluso a inspirar una serie infantil, Jane, difundida en Apple TV, sobre una niña con su misma nombre y un chimpancé como compañero de aventuras.

En los últimos años, su infatigable labor divulgadora la ha llevado a implicarse en multitud de causas ecologistas y naturalistas, en defensa de la biodiversidad y de los derechos de los animales.

«Es perfectamente posible estar involucrada sentimentalmente con los chimpancés y sentir empatía por ellos», le gusta decir a Goodall, una exploradora que cruzó las fronteras de la mera observación para sumergirse en el mundo de los primates.