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Maestros constructores: animales que diseñan y modifican su entorno

Los hallazgos, publicados el 18 de febrero por expertos, desafían la comprensión del papel de la fauna en la modelación de la Tierra
Por AFP
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Desde la meticulosa construcción de madrigueras y diques, hasta el simple acto de desplazarse, animales como hormigas, castores, salmones, topos e hipopótamos están esculpiendo el planeta.

Un reciente estudio de la Universidad Queen Mary de Londres revela que, en conjunto, estos «arquitectos animales» transforman los paisajes con una fuerza comparable a las grandes inundaciones.

«Siempre nos hemos fascinado por el impacto individual de ciertas especies», explica Gemma Harvey, la geógrafa física que lideró la investigación. «Pero este estudio nos abre los ojos a la asombrosa importancia colectiva de estos animales ingenieros».

Los hallazgos, publicados el 18 de febrero, desafían la comprensión del papel de la fauna en la modelación de la Tierra.

En total se han identificado más de 600 especies terrestres y de agua dulce como responsables de un impacto real en los paisajes, incluidos los camarones en Suramérica, los marsupiales en Australia, los grandes herbívoros en África, las termitas y hormigas en Asia, las lombrices de tierra, los osos y los insectos de agua dulce en Europa.

«Al estimar la energía colectiva de estos animales, descubrimos que rivalizaba con otras fuerzas importantes que moldean el paisaje, como las inundaciones», relató la investigadora británica.

Según el estudio, los animales identificados contribuyen colectivamente con alrededor de 76.000 gigajulios de energía a los procesos geomorfológicos cada año, lo que equivale a la energía que se moviliza en más de 500.000 grandes inundaciones de ríos o 200.000 temporadas de monzones.

Animales sorprendentes: del elefante a la termita

Entre estas especies, se encuentran gigantes de la fauna como el elefante, el oso grizzly o el hipopótamo.

«Al pisotear y desplazarse entre el lugar donde duerme y el lugar donde se alimenta», el mamífero africano, que puede pesar hasta 1,5 toneladas, «puede crear nuevos canales fluviales» en los pantanos africanos, explica Gemma Harvey.

Otro buen ejemplo son los castores.

«Crean muchos hábitats, pero también pueden ayudar a mitigar las inundaciones o a revitalizar ríos con bajos caudales durante períodos de sequía», indica la investigadora.

En la República Checa, un grupo de castores rehabilitó a principios de año un terreno militar donde las obras se habían estancado durante siete años, creando diques y meandros que formaron una zona húmeda favorable para la protección de cangrejos de río, ahorrando a la comunidad un millón de euros en el proceso.

Además de estas especies familiares, «tendemos a subestimar a los animales pequeños que son menos visibles porque viven bajo tierra o bajo el agua, pero que son igual de importantes», indica Gemma Harvey.

El ejemplo más impresionante se encuentra en Brasil, donde colonias de termitas han construido cientos de millones de montículos conectados entre sí por túneles, en una superficie equivalente a la de Gran Bretaña.

«Es una enorme cantidad de suelo la que desplaza este animal», destaca la experta, que recuerda que son construcciones visibles desde el espacio. «Hay muchos animales que aún no han sido estudiados o quizá ni siquiera descubiertos. Sabemos que todavía hay millones de insectos por descubrir. Tampoco hemos estudiado los ecosistemas marinos», confiesa la investigadora.

Amenazados

Según el estudio, más de una cuarta parte de las especies identificadas como animales constructores (28%) son raras o endémicas y 57 de ellas están consideradas en peligro de extinción según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

«A medida que perdemos especies, perdemos estos procesos únicos» y, por ende, el equilibrio de los ecosistemas, lamenta Gemma Harvey, quien además considera que aún falta conocimiento sobre los procesos en sí.

La investigadora propone prolongar los estudios integrando los efectos del cambio climático.

«Estamos reflexionando sobre lo que ya se ha perdido en nuestros paisajes a medida que las especies se han extinguido o que las poblaciones han disminuido drásticamente», declara la geofísica.

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