Los cambios en el régimen climático y de lluvias desencadenados por el fenómeno El Niño impactan incluso en los regímenes de caza de ciertos animales que favorecen la transmisión y propagación de enfermedades infecciosas en América Latina y el Caribe. En la región amazónica, este es el caso de la equinococosis poliquística, que puede ser mortal, según halló un nuevo estudio.
El Niño y sus cambios en el clima, señalan los expertos, ya están afectando la incidencia y distribución sobre todo de aquellas transmitidas por vectores, como roedores, mosquitos y garrapatas.
El Niño y sus berrinches
El Niño se caracteriza por el calentamiento de las aguas en el centro y este del Pacífico ecuatorial, que provoca que los vientos se debiliten, la masa de agua caliente no circule, libere más calor a la atmósfera y favorezca la aparición de lluvias en la región. En otras zonas, al mismo tiempo, puede generar sequías.
“En la América Latina, El Niño produce un aumento de temperatura y lluvias en la costa del Pacífico, sur y sudeste del Brasil y norte de la Argentina, mientras provoca sequías en la América Central, parte del Caribe y en el norte de Sudamérica”
Christovam Barcellos, Departamento de Información y Salud de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), Brasil
Pese a tomar forma en el Pacífico, tiene influencia en el clima de diversas partes del mundo. “En la América Latina, El Niño produce un aumento de temperatura y lluvias en la costa del Pacífico, sur y sudeste del Brasil y norte de la Argentina, mientras provoca sequías en la América Central, parte del Caribe y en el norte de Sudamérica”, señala Christovam Barcellos, del Departamento de Información y Salud de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), en Brasil.
Paulo Artaxo, del Instituto de Física de la Universidad de São Paulo, en Brasil, agrega que esos cambios afectan la incidencia de enfermedades infecciosas. Sin embargo, señala que es difícil decir cuáles se destacarán porque el clima no es el único factor involucrado. “Los riesgos a la salud asociados al El Niño varían según la región, el país y la época del año”, dijo a SciDev.Net.
Además del impacto directo del clima en la salud, las investigaciones ha encontrado también factores indirectos. Un reciente trabajo publicado en PNAS halló que en parte de la región pan-amazónica El Niño puede interferir en el patrón de caza de ciertos animales consumidos por las poblaciones indígenas y rurales, favoreciendo la transmisión y propagación de la equinococosis poliquística.
Esta enfermedad desatendida es causada por el gusano Echinococcus vogeli, que infecta usualmente a pacas (Cuniculus paca) y agutíes (Dasyprocta leporina), comúnmente cazados en la región.
Los cazadores suelen descartar las vísceras crudas en el ambiente o las usan como alimento para perros domésticos, “que se infectan y eliminan los huevos del gusano en sus heces, contaminando el suelo, los alimentos y las aguas consumidas por los humanos”, explicó el biólogo Leandro Siqueira de Souza, de la Fundación Fiocruz, que estudia la enfermedad en el norte de Brasil.
El estudio internacional analizó más de 400 casos de equinococosis poliquística en la región y datos sobre prácticas de caza registrados en 55 áreas en los últimos 55 años.
“En algunas áreas, la sequía causada por el fenómeno podría afectar la pesca, obligando los lugareños a recurrir a la caza de pacas y agutíes, aumentando el riesgo de contaminación por E. vogeli”, dijo a SciDev.Net Adrià San José, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en España, un de los autores del artículo.
“El estado del Acre, en Brasil, y Perú albergan las áreas con mayor potencial de circulación del parásito”, dijo a SciDev.Net Xavier Rodó, también del ISGlobal y otro de los autores del trabajo.
Más parásitos, virus, bacterias y mosquitos
El Niño también puede producir lluvias intensas e inundaciones, y aumentar la ocurrencia de enfermedades relacionadas con el consumo de agua, como esquistosomiasis, hepatitis A y enfermedades diarreicas.
“En barrios marginales urbanos, debido a la mala recolección de basura y al drenaje deficiente, esos eventos poden desencadenar brotes de leptospirosis”, comentó a SciDev.Net Creuza Rachel Vicente, del Departamento de Medicina Social de la Universidad Federal del Espírito Santo, en Brasil.
Esas lluvias contribuyen a la formación de charcos de agua estancada donde crecen mosquitos Aedes aegypti, causante del dengue, zika y chikungunya. “En el dengue, las temperaturas más cálidas aumentan la velocidad de replicación del virus [que causa la enfermedad], así como la supervivencia, reproducción y picadura del vector”, señaló a SciDev.Net Rachel Lowe, investigadora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, en el Reino Unido.
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La incidencia del dengue creció significativamente en las últimas dos décadas. Mientras en 2000 se registraron 505.000 casos en diferentes partes del mundo, en el primer semestre de 2023 solo las Américas registraron más de tres millones, lo que superó los 2,8 millones de casos de 2022.
Brasil reúne más de 2,3 millones de casos, seguido por Perú (más de 215.000) y Bolivia (más de 133.00). En Argentina, que transita la peor epidemia de dengue, el boletín epidemiológico más reciente indica que ya causó 66 muertes y más de 129.000 casos.
Por Rodrigo de Oliveira Andrade (*)
(*) Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net.