La Amazonía, que abarca nueve países, perdió entre 1985 y 2020 17% de su vegetación nativa. Se trata de un área equivalente al territorio de Chile, y 52% de sus glaciares, ubicados en su región andina. Esto según un informe independiente divulgado este jueves.
En el estudio, la plataforma colaborativa MapBiomas revela que en 36 años se perdieron 74,6 millones de hectáreas de selva y otras formaciones naturales no forestales, y advierte que a ese ritmo podría alcanzarse en esta década el «punto de ruptura para los servicios ecosistémicos de la Amazonía», un bioma vital para frenar el cambio climático.
Los datos, a partir del mapeo satelital de cambios del uso del suelo a nivel de toda la Amazonía, revelan que, mientras en 1985 solo 6% de la mayor selva tropical del planeta se convirtió en las llamadas «áreas antrópicas» (zonas urbanas o tierras destinadas a la agricultura, la ganadería o la minería), en 2020 el porcentaje representaba 15% de toda la región.
«Estudios recientes apuntan que la pérdida de 20-25% de la cobertura boscosa de la Amazonía podría significar el ‘tipping point’ (punto de ruptura) para los servicios ecosistémicos de la Amazonía. Si continuara la tendencia actual verificada por MapBiomas, este punto de inflexión se podría alcanzar en esta década», señala el comunicado.
En esos 36 años, según MapBiomas, hubo un incremento de 656% en minería. Así como de 130% en infraestructura urbana y de 151% en agricultura y ganadería en la Amazonía, actividades responsables de la deforestación, que es lo que origina gran parte de los incendios.
La Amazonía sin glaciares
Y 52% de los glaciares de la región, situados en los Andes de Bolivia, Ecuador y Perú, desaparecieron.
«El deshielo ocurre por causa del aumento de las temperaturas. Y el aumento de la temperatura puede ocurrir por la pérdida de vegetación». Así explicó a la AFP Antonio Victor Fonseca, investigador de la ONG ambientalista brasileña Imazon, que participa en la investigación.
El estudio incorpora toda la Amazonía, desde los Andes, pasando por la planicie amazónica y llegando hasta las transiciones con los biomas del Cerrado y el Pantanal, y fue hecho en colaboración con Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg), un consorcio amazónico, con expertos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.