Un equipo internacional de científicos utilizó los datos recogidos por el telescopio espacial James Webb para detectar por primera vez una molécula de carbono conocida como catión metileno (CH3+). La sustancia se localizó en el disco de formación planetaria (protoplanetario) que rodea a una estrella joven, según un estudio realizado por un equipo con participación española.
El catión metileno se considera «especialmente importante» al tener la propiedad de reaccionar con una amplia gama de moléculas. Puede iniciar así el crecimiento de otras más complejas. Esta es la primera vez que se detecta desde que se teorizó sobre su «papel vital» en la química.
En concreto, se localizó en el disco planetario d203-506, situado a unos 1.350 años luz, en la nebulosa de Orión. Se trata de una pequeña estrella enana roja, con una masa de sólo una décima parte de la del Sol, que recibe bombardeos de radiación ultravioleta. Así lo detalló en un comunicado en la página web de Webb.
En este sentido, se subrayó que la mayoría de los discos protoplanetarios que forman planetas pasan por un periodo de radiación ultravioleta intensa. Así habría ocurrido en el disco protoplanetario que dio lugar al Sistema Solar, que también recibió una gran cantidad de radiación ultravioleta emitida por una estrella compañera del Sol que murió hace mucho tiempo.
La radiación ultravioleta
De este modo, el estudio predice que la presencia de CH3+ está, relacionada con la radiación ultravioleta, que proporciona la fuente de energía necesaria para que se forme el CH3+. El periodo de radiación ultravioleta experimentado por ciertos discos parece tener un profundo impacto en su química. Por ejemplo, las observaciones Webb de discos protoplanetarios que no están sometidos a una intensa radiación ultravioleta procedente de una fuente cercana muestran una gran abundancia de agua. Esto genera un contraste con d203-506, donde el equipo no pudo detectar agua en absoluto.
El autor principal, Olivier Berné, de la Universidad de Toulouse (Francia), explicó en este sentido que «esto demuestra claramente que la radiación ultravioleta puede cambiar por completo la química de un disco protoplanetario». «De hecho, podría desempeñar un papel fundamental en las primeras etapas químicas de los orígenes de la vida al ayudar a producir CH3+. Algo que quizá se haya subestimado anteriormente», ha sentenciado.
Por su parte, la espectroscopista y miembro del equipo científico del estudio, Marie-Aline Martin, de la Universidad de París-Saclay (Francia), destacó que «esta detección de la molécula no sólo valida la increíble sensibilidad de James Webb, sino que también confirma la postulada importancia central del CH3+ en la química interestelar».