El vicepresidente de políticas públicas de Twitter, Colin Crowell, dijo este jueves que la red social «pone todo el esfuerzo» en desarrollar herramientas de inteligencia artificial contra los «bots» o cuentas fantasma pensadas para manipular y extender las llamadas «fake news» o noticias falsas en la red.
En una entrevista con EFE, Crowell analizó además el eficaz y genuino uso que según él hace de su cuenta de Twitter el presidente de EE UU, Donald Trump, y ensalzó el valor de la red social para dar visibilidad a campañas como la del «#MeToo» contra los abusos a mujeres y por la igualdad de derechos.
El «número dos» de Twitter participó en el Oslo Freedom Forum, la cita anual de disidentes y activistas por los Derechos Humanos en Noruega, en una conferencia sobre las oportunidades y debilidades de la tecnología en el mundo de la libertad de expresión y la lucha por la democracia.
En esta entrevista y preguntado por las interferencias que cuentas fantasma, principalmente rusos, habrían tenido en las últimas elecciones de EE UU, entre otros comicios, Crowell explicó que la plataforma ha desarrollado tecnologías contra las cuentas que extienden de forma maliciosa y automatizada información falsa con el objetivo de manipular a la opinión pública.
«Hemos invertido mucho en inteligencia artificial para buscar señales y comportamiento en cuentas que nos pongan sobre la pista. Se trata de analizar comportamientos y otras pistas, pero nunca contenido u origen», aclaró.
Crowell apuntó que la red es «muy buena» eliminando esas cuentas fantasma, aunque reconoce que pasadas unas semanas algunas pueden volver a resurgir.
Igualmente, advirtió que «no todo lo que parece un ‘bot’ es un ‘bot'».
«A veces vemos que miles o millones de usuarios se movilizan con un mismo mensaje o causa en la red y podemos pensar que es porque hay cuentas fantasmas, pero la verdad es que en cualquier democracia organizada un partido envía cada día ‘el mensaje del día’ a sus simpatizantes y eso tiene un efecto multiplicador inmenso», apuntó.
A propósito de si Twitter debería encargarse de borrar las noticias falsas que puedan aparecer en la red, Crowell opinó que es el debate político y no la plataforma la que debe determinar que son «fake news».
«Nosotros nos ocupamos solamente cuando hay abusos, amenazas violentas u otras vulneraciones de nuestras reglas», dijo.
Preguntado por qué cree que su red social no ha sido convocada a comparecer ante el Parlamento Europeo -como sí ocurrió con Facebook por sus políticas de privacidad tras el escándalo de Cambridge Analytica- ni ha sido objeto de denuncia en Europa por el nuevo reglamento de protección de datos (GDPR), Crowell señaló que hay «diferencias fundamentales» entre plataformas.
«Twitter es diferente (de Facebook o Instagram) principalmente porque en nuestro caso todo es público y abierto desde el principio, no almacenamos información privada, nuestros productos de datos son directamente en abierto», explicó.
«Hemos trabajado desde hace mucho tiempo para ponernos al día con el GDPR, que creemos que es lo más beneficioso para todos, porque permite que la gente entienda cuáles son los derechos e implicaciones», dijo Crowell, quien añadió que se ha creado la figura de un oficial de protección de datos no solo para la Unión Europea, sino para todo el mundo.
Por otro lado, el ex miembro de la Comisión Federal de Comunicación en Washington analizó a petición de EFE el uso que hace de su cuenta de Twitter el presidente de EE UU, una forma de comunicar que calificó de «muy eficaz» y «con voz propia».
«No todos los políticos consiguen esa voz genuina y poderosa en redes sociales. Medios y simpatizantes, todos saben que quien está detrás del mensaje es él directamente. Eso le da mucha fuerza y lo hace viral continuamente», señaló.
Según Crowell, «que la forma de pensar del presidente esté tan accesible de forma inmediata y masiva para todos es valioso en el proceso democrático».
Por otro lado, destacó las opciones para activistas y disidentes de Twitter y sacó pecho sobre el valor añadido de visibilidad y organización de la plataforma en debates como la restricción de uso de armas en EE UU tras los últimos tiroteos en centros educativos.
«También creo que es justo decir que el movimiento ‘Me too’ no habría tenido la misma capacidad de ser global sin el uso de esa etiqueta que ayudó a tantas mujeres a explicar su caso», consideró.
Por último, Crowell explicó que no puede contar las veces que mira la red social al día, aunque dice que escribe en Twitter entre 3 y 10 veces, contando «retuits».
«Por trabajar para ellos no tengo un mínimo ni un máximo obligatorio», dijo entre risas.