El parón en la actividad por la pandemia del coronavirus ha reducido ligeramente las emisiones de gases de efecto invernadero, pero no ha servido para detener el avance de la crisis climática, que sigue agravándose, señalan datos recopilados por la ONU.
En un nuevo informe publicado este miércoles, la Organización Meteorológica Mundial y Naciones Unidas señalan que las concentraciones de gases en la atmósfera registran niveles sin precedentes y no dejan de aumentar, mientras que todo apunta a que el período 2016-2020 será el más cálido jamás registrado.
“Este ha sido un año sin precedentes para las personas y para el planeta. La pandemia del covid-19 ha trastocado vidas en todo el mundo. Al mismo tiempo, el calentamiento de nuestro planeta y la alteración del clima han continuado a un ritmo acelerado”, apunta en el documento el secretario general de la ONU, António Guterres.
“Este informe evidencia que, aunque muchos aspectos de nuestras vidas se han visto alterados en 2020, el cambio climático avanza implacable”, añade el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
Una caída temporal de las emisiones
El estudio, que recopila datos de varias agencias internacionales, indica que se espera que en 2020 las emisiones globales de CO2 disminuyan entre 4% y 7% como consecuencia de las medidas de confinamiento impuestas para combatir el coronavirus.
Las emisiones llegaron a caer 17% en términos interanuales en abril, pero para principios de junio ya se habían vuelto a situar cerca de los niveles de 2019, cuando se registraron máximos históricos.
En los últimos años, las emisiones habían subido tanto que la caída sin precedentes vivida en abril apenas situó las emisiones en cifras similares a las de 2006. En 2019, se alcanzó un nuevo récord de 36,7 gigatoneladas de CO2 emitidas, lo que supone 62% más que las registradas cuando empezaron las negociaciones sobre el cambio climático en 1990.
El estudio confirma nuevamente que los actuales niveles de emisiones “no son compatibles” con las trayectorias que deberían seguir para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, el gran pacto sellado en 2016 para mantener el alza de las temperaturas este siglo por debajo de 2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales.
La OMM explica que la reducción de las emisiones en 2020 tendrá un efecto muy limitado en la tasa de incremento de sus concentraciones atmosféricas de CO2, dado que estas son el resultado de las emisiones actuales y pasadas y del período de vida sumamente prolongado de ese gas.
Así, las concentraciones no han dado señales de tocar techo y han seguido aumentando hasta alcanzar nuevos registros sin precedentes, de acuerdo con el informe, que subraya que para estabilizar el cambio climático, las emisiones deben reducirse de forma sostenida hasta lograr que las emisiones netas sean equivalentes a cero.