Científicos de la Universidad de Lausana y del Museo de Historia Natural de Ginebra recibieron este martes restos del asteroide Ryugu, uno de los objetos más antiguos del Sistema Solar. El motivo es estudiar su composición y tratar de dar respuesta a cuestiones fundamentales relativas al comienzo de la vida en la Tierra.
El proyecto se desarrollará de forma conjunta y consiste en el análisis de dos muestras, en un estado de conservación único. Fueron tomadas directamente de la superficie del objeto rocoso.
«Hay meteoritos en la Tierra de la misma familia que Ryugu, pero han sido alterados por el tiempo y por el paso por la atmósfera terrestre durante su caída». Así lo aseguró en un comunicado Johanna Marin Carbonne, codirectora de la investigación.
Ryugu se formó «por condensación de polvo y hielo», explica la experta. De forma que el agua helada se derritió posteriormente y sus fluidos empaparon la superficie del asteroide.
Así, mediante el estudio de estos restos, los investigadores pretenden comprender mejor el ciclo del agua y el azufre en los inicios del Sistema Solar.
Los resultados de estos estudios podrían ser claves para conocer si los asteroides pudieron traer el agua a la Tierra; quizá al caer alguno de ellos sobre el planeta.
Los científicos analizarán pequeños granos minerales, de entre 50 y 500 micrómetros de tamaño. Las mediciones se llevarán a cabo con la sonda de iones SwissSIMS. Este es un instrumento de análisis muy potente único en Suiza e instalado en la Universidad de Lausana como parte del Centro Avanzado de Análisis de Superficies.