Elon Musk anunció este martes que renunciará como CEO de Twitter cuando encuentre a su reemplazo, al parecer honrando el resultado de la encuesta que él mismo publicó donde los usuarios rechazaron su continuidad al mando de la plataforma.
Musk es el dueño absoluto de Twitter desde el 27 de octubre y repetidamente ha levantado controversia como CEO, como cuando despidió a la mitad del personal o cuando readmitió a figuras de la extrema derecha en la plataforma y, recientemente, al suspender cuentas de periodistas y tratar de cobrar por servicios que antes eran gratuitos.
«Renunciaré como director ejecutivo tan pronto encuentre a alguien tan tonto como para aceptar el puesto», escribió Musk en Twitter, y dijo que después de eso solo se ocupará de los equipos de programación y servidores en Twitter.
En los resultados de una encuesta que publicó el lunes desde su propio perfil, el 57% de los votantes, unos 10 millones de votos, se manifestaron a favor de que Musk se apartara del cargo apenas semanas después de comprar la compañía por 44.000 millones de dólares.
Musk ha usado las encuestas de Twitter para tomar otras decisiones sobre la plataforma, incluyendo el restablecimiento de la cuenta del expresidente estadounidense Donald Trump y de otros usuarios suspendidos.
A comienzos de esta semana usó el emoticono de risas para ridiculizar un informe que afirmaba que estaba en la búsqueda de alguien para asumir la jefatura de Twitter, y tuiteó que «nadie quiere el trabajo que realmente puede mantener vivo a Twitter. No hay sucesor».
Analistas han señalado que el precio de la acción de Tesla, su compañía de autos eléctricos, se ha desplomado en un tercio desde que Musk adquirió Twitter, y algunos sugieren que la junta directiva de Tesla estaba presionándolo para renunciar a su cargo en la red social.
«Finalmente es un buen paso en la dirección correcta para terminar con esta dolorosa pesadilla para los inversores de Tesla», dijo el martes Dan Ives, analista de Wedbush.
En conversaciones con usuarios tras publicar su más reciente encuesta, Musk reafirmó sus advertencias de que la plataforma podría enfrentarse a la quiebra.
Una cadena de controversias
El empresario publicó la encuesta sobre su renuncia poco después de tratar de escabullirse de otra controversia.
El domingo, usuarios de Twitter fueron avisados de que no podrían seguir promoviendo contenido de otros sitios de redes sociales.
Sin embargo Musk dio reversa a la decisión horas después, y escribió que la política se limitaría a cuentas suspendidas solo si «el objetivo principal de esas cuentas es promover competidores».
El intento de prohibición provocó desaprobación e incluso desconcertó al cofundador de Twitter, Jack Dorsey, quien ha respaldado la adquisición de Musk.
El analista Ives considera que los «anunciantes han huido despavoridos y dejado a Twitter en franco desangre financiero potencialmente camino a perder unos 4.000 millones de dólares al año».
Poco después del anuncio de la adquisición de la plataforma, Musk anunció que la red cobraría 8 dólares mensuales para verificar cuentas, pero tuvo que suspender el plan de «Twitter Blue» luego de una vergonzosa ola de cuentas falsas. El programa se relanzó después.
El 4 de noviembre, Musk dijo que la compañía estaba perdiendo 4 millones de dólares diarios y Twitter despidió a la mitad de sus 7.500 trabajadores.
Musk también restableció la cuenta de Trump, a pesar de que el expresidente estadounidense dijo que no tenía interés en regresar a la plataforma, y anunció que Twitter no continuaría trabajando para combatir la desinformación sobre el covid-19.
En días recientes, suspendió las cuentas de varios periodistas luego de reclamar que algunos habían publicado detalles sobre movimientos de su jet privado, información que según dijo podría poner en riesgo a su familia.
Algunas de las cuentas suspendidas han sido restablecidas desde entonces.
El lunes, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, envió una carta a Musk invitándolo a testificar ante los diputados europeos, informó su portavoz.
La Eurocámara no tiene potestad para obligar a Musk a acudir y la respuesta del empresario se desconoce por el momento.