Las esperanzas de una primera ola de vacunación contra el covid-19 antes del final de 2020 recibieron un impulso de la empresa estadounidense Moderna, que pidió este lunes la autorización de emergencia de su vacuna en Estados Unidos y Europa.
Moderna informó que los resultados completos habían confirmado una alta eficacia de la vacuna, estimada en 94,1%.
La firma se unió así a la estadounidense Pfizer y su socia alemana BioNTech, que la semana pasada solicitaron una aprobación similar de su vacuna y predicen que esta podría obtener luz verde en Estados Unidos después del 10 de diciembre.
Si la agencia de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos confirma que el producto de Moderna es seguro y efectivo, la primera de las dos dosis de la vacuna podría suministrarse a millones de estadounidenses a mediados de diciembre.
«Creemos que nuestra vacuna proporcionará una nueva y poderosa herramienta que podría cambiar el curso de esta pandemia», dijo el director ejecutivo de Moderna, Stephane Bancel.
El producto de Moderna está siendo estudiado en un ensayo clínico con más de 30.000 participantes en Estados Unidos.
La empresa espera tener unos 20 millones de dosis de la vacuna, llamada mRNA-1273, disponibles en Estados Unidos para el final de año. Y en 2021, confía en fabricar entre 500 y 1.000 millones de dosis a nivel mundial.
Pero para tener éxito, las vacunas deberán superar la desinformación y la desconfianza, advirtió este lunes el presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, Francesco Rocca.
«Según un estudio reciente de la Universidad Johns Hopkins en 67 países, la aceptación de una vacuna disminuyó significativamente en la mayoría de los países entre julio y octubre», indicó Rocca.
Motivos de preocupación
La esperanza suscitada por las vacunas contrasta con la inquietud que provoca la expansión de una pandemia que, según un balance de la AFP, ha dejado más de 1,46 millones de muertos y unos 62,8 millones de contagios en todo el mundo.
El director general de la Organización Mundial de la Salud lanzó la voz de alarma este lunes ante la rápida propagación del covid-19 en Brasil y en México, durante una rueda de prensa en Ginebra.
«Creo que Brasil debe tomárselo muy, muy en serio. Es muy, muy preocupante», advirtió Tedros Adhanom Ghebreyesus ante la evolución en el país sudamericano, cuyo presidente, Jair Bolsonaro, niega la gravedad de esta enfermedad.
Brasil, con 212 millones de habitantes, es el segundo país más enlutado por la pandemia, con más de 170.000 fallecidos, por detrás de Estados Unidos, según la Universidad Johns Hopkins.
Ante el repunte de los casos y los fallecidos en su estado, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, anunció este lunes la reanudación de medidas para evitar aglomeraciones.
Respecto a México, Ghebreyesus señaló que está «en mala situación» con un fuerte aumento de las muertes y los casos. El coronavirus se ha cobrado al menos 105.655 vidas y ha contagiado a más de 1,1 millones de personas en el país de 126 millones de habitantes.
Por otra parte, el jefe de la OMS prometió el lunes que hará todo lo posible para esclarecer el origen del coronavirus, rechazando las acusaciones según las cuales la agencia de la ONU es demasiado complaciente con China, donde se detectó por primera vez el virus a finales de 2019.
La advertencia de Fauci
En Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia, con más de 267.000 muertes por covid-19, el inmunólogo Anthony Fauci, asesor de la Casa Blanca durante la pandemia, expresó sus temores después de que millones de personas se desplazaran por el Día de Acción de Gracias.
«Es posible que veamos cómo un aumento de contagios se suma al aumento que ya estamos viviendo» en dos o tres semanas, dijo Fauci a CNN. «No queremos asustar a la gente, pero esa es la realidad».
En ese contexto, otro asesor de la Casa Blanca, Scott Atlas, criticado por desdeñar la importancia de las mascarillas durante la pandemia, anunció su dimisión este lunes.
El aumento de los casos en el país llevó a algunos estados como California a imponer nuevas restricciones. San Francisco decretó un toque de queda, y Los Ángeles prohibió la mayoría de las reuniones públicas y privadas a partir del lunes.
En América Latina y el Caribe, la región donde el virus ha sido más mortífero, se han registrado más de 12,9 millones de casos y unos 447.000 fallecimientos.
Europa, por su parte, sigue batallando para disminuir el número diario de muertes y contagios con una variedad de fórmulas luego de que los muertos alcanzaran los 400.000 este fin de semana.