*CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Lo difícil no es solo encontrar una vacuna contra la covid-19, sino que llegue a todos

por Avatar The Conversation

Las enfermedades infecciosas no respetan fronteras.

Se estima que tres mil millones de personas en países con pocos recursos de África, Asia y América Latina probablemente no tengan acceso a una vacuna covid-19 incluso durante años después de que esté disponible. En los países pobres, muchas comunidades no cuentan con el personal sanitario necesario para administrar las vacunas, así como con la capacidad de manipular las vacunas adecuadamente manteniéndolas a temperaturas extremadamente frías.

Como experta en bioética que estudia el acceso global a medicamentos esenciales, estoy haciendo un seguimiento a lo que los países ricos, las fundaciones y las organizaciones internacionales están haciendo sobre este problema.

Covax

El Centro de acceso global a las vacunas covid-19, o Covax, es un esfuerzo conjunto de 184 países que trabajan con organizaciones internacionales para hacer posible que todo el mundo tenga acceso asequible a las vacunas covid-19 a medida que estén disponibles.

Hasta ahora, Covax ha recaudado 1 800 millones de dólares ( objetivo inicial es recaudar 2 000 millones) para cubrir el coste de fabricación y distribución de vacunas en todo el mundo.

El objetivo de esta iniciativa es producir 2 000 millones de dosis para finales de 2021. Sin embargo, muchos de los países ricos que participan están cerrando sus propios acuerdos, al margen de Covax, para asegurarse de que tendrán acceso temprano a una vacuna.

Estos casos de “nacionalismo de las vacunas” amenazan con socavar la labor de Covax y otros intentos similares de distribuir equitativamente nuevas vacunas y tratamientos para la pandemia.

Varios grandes países industrializados, incluidos Estados Unidos y Rusia, han optado por mantenerse al margen del acuerdo. En su lugar, están firmando sus propios acuerdos con compañías farmacéuticas.

Distribuir las vacunas covid-19 podría resultar tan difícil o más difícil que conseguir el dinero para pagarlas.

Eso se debe a que las vacunas más prometedoras requieren un almacenamiento constante y extremadamente frío, especialmente en áreas donde el acceso a la electricidad es poco fiable o inexistente: simplemente no hay suficientes instalaciones de salud con la capacidad de refrigeración requerida.

Casi tres mil millones de personas en todo el mundo viven en lugares que carecen de sistemas de almacenamiento con temperatura controlada necesarios para una campaña de inmunización a gran escala. La gravedad de este problema dependerá de qué vacunas se aprueben en última instancia, porque no todas las vacunas que se someten a ensayos clínicos requieren almacenamiento a las mismas temperaturas frías.

Es más, no hay suficientes trabajadores de la salud para administrar las vacunas y es extremadamente difícil para muchas personas en comunidades pobres viajar a los centros de salud.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, una agencia de la ONU que brinda ayuda a los niños en todo el mundo, está liderando los planes de distribución de vacunas de la iniciativa Covax. Unicef ha trabajado con una asociación público-privada llamada GAVI (anteriormente Alianza Global para Vacunas e Inmunizaciones), para suministrar a los países en desarrollo la tecnología de refrigeración especializada necesaria para mantener las vacunas heladas.

Además, Unicef tiene como objetivo almacenar 520 millones de jeringuillas para finales de 2020, hasta llegar a mil millones de jeringas en 2021, y 5 millones de contenedores de jeringuillas usadas.

Otras organizaciones internacionales también están trabajando para asegurarse de que las personas que viven en países con pocos recursos tengan acceso a la vacuna covid-19 y también a los tratamientos.

En octubre de 2020, el Banco Mundial tenía previsto proporcionar 12.000 millones de dólares estadounidenses para financiar la adquisición y reparto de vacunas en países de ingresos bajos y medios como India y Nigeria.

Otros bancos de desarrollo regionales también están desempeñando un papel importante, ya que COVAX no proporcionará suficientes vacunas para todo el mundo. Por ejemplo, en África subsahariana solo el 28% de los centros de atención médica tienen acceso fiable a electricidad, por lo que el Banco Africano de Exportación e Importación prevé un gasto de 3 millones en subvenciones para ayudar a las comunidades a adquirir equipos y suministros. Además, el banco está gestionando con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África la asignación de 5 mil millones de dólares para comprar vacunas.

Y el Fondo Mundial ha aportado 665 millones de los 20.000 millones de dólares necesarios para una vacunación masiva en todo el mundo. Su aportación mejorará las cadenas de suministro para la distribución de vacunas y los sistemas de salud en general.

Organizaciones y fundaciones internacionales

Otras organizaciones con amplia experiencia en campañas de vacunación también están intensificando esfuerzos para ayudar.

Por ejemplo, la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Polio está proporcionando personal formado en detección de poliomielitis para analizar las aguas residuales en busca de covid-19, distribuir mascarillas y desinfectante de manos y realizar el rastreo de contactos. Cuando haya una vacuna disponible, este grupo de polio probablemente también ayudará.

Las fundaciones, especialmente la Fundación Bill y Melinda Gates, también están desempeñando un papel importante.

La Fundación Gates se ha asociado con GAVI y el Serum Institute of India para acelerar la fabricación de una vacuna covid-19.

Estas vacunas se venderán por menos de 3 dólares la dosis a 92 países de ingresos bajos y medianos, incluidos Brasil, Chile, Singapur y Sudáfrica.

En 1999, la Fundación Gates prometió 750 millones de dólares para lanzar GAVI, y hasta la fecha ha donado cuatro mil millones de dólares a la organización. En la Cumbre Mundial de Vacunas de 2020, una reunión virtual organizada por el Reino Unido, la Fundación Gates prometió gastar 1 600 millones para vacunar a 300 millones de niños contra varias enfermedades, incluida la covid-19, una vez que las vacunas estén disponibles.

La Fundación Gates también está participando en un esfuerzo conjunto con la Organización Mundial de la Salud y otras organizaciones internacionales para pagar 100 millones de pruebas de diagnóstico rápido de antígenos en países de ingresos bajos y medianos, donde tienen un precio de 5 dólares o menos.

Asimismo, se están realizando otros esfuerzos filantrópicos con empresas y agencias internacionales.

Wellcome Trust, por ejemplo, en asociación con la Fundación Gates y Mastercard, ha financiado el Acelerador Terapéutico covid-19, una alianza de investigación para desarrollar nuevos tratamientos y pruebas de covid-19.

Desde mi punto de vista, estos esfuerzos son tan importantes como los esfuerzos para desarrollar, fabricar y distribuir nuevas vacunas. Después de todo, si no surge una vacuna segura y eficaz, las pruebas, el rastreo, los equipos de protección personal y los tratamientos seguirán siendo esenciales para combatir la pandemia y salvar millones de vidas en todo el mundo.The Conversation

Nicole Hassoun, Professor of Philosophy, Binghamton University, State University of New York

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.