Cada día, Pawel Sawicki, responsable de redes sociales del Museo de Auschwitz publica fotos de víctimas del campo de concentración nazi en una cuenta de Twitter con más de un millón de seguidores.
Una foto, publicada el 8 de abril, mostraba a una niña con un suéter de lana coronado por un gran cuello blanco, peinada con la raya bien marcada y semblante serio. Es Jacqueline Benguigui, que habría cumplido 80 años.
«Mostramos a la gente el día de su cumpleaños, ponemos algunos datos biográficos, a veces muy sucintos, que están en nuestras manos», explica a la AFP.
«Es importante que mostremos estos destinos individuales, ya que es a menudo difícil comprender la escala del crimen», agrega.
En 2020 se conmemora el 75 aniversario de la liberación de los campos de la muerte erigidos por los nazis donde fueron asesinados unos 6 millones de judíos.
Preservar la memoria de acontecimientos que ocurrieron hace tres generaciones exige un esfuerzo constante.
Jacqueline Benguigui integra el 1,1 millón de personas exterminados -entre ellas un millón de judíos- en Auschwitz, el campo instalado en 1940 por la Alemania nazi en el sur de Polonia ocupada.
Extensión de la memoria
«La gente está muy impactada por las fotos que recuerdan a las víctimas. A menudo, nos envían fotos de sus allegados muertos en el campo y piden que las publiquemos, lo que hacemos», cuenta Sawicki.
Los tuits que recuerdan a las víctimas del campo de Auschwitz son solo una parte de la presencia del museo en las redes sociales, considerada como una verdadera extensión de la misión de memoria y educación que realiza la página web con más de dos millones de visitantes estos últimos años.
Desde 2009, el memorial está presente en Facebook, donde fue la primera institución de este tipo. Actualmente tiene 328.000 seguidores.
En 2012 abrió cuentas en Twitter e Instagram. En enero de 2020, el museo tenía, gracias al apoyo del actor Mark Hamill, más de un millón de seguidores en Twitter. El 98% procede del extranjero.
Cada red social tiene sus particularidades. Los aniversarios de la liberación del campo o visitas importantes son retransmitidas por Facebook, que permite también una discusión más amplia con los internautas, explica Sawicki.
Instagram permite al museo publicar fotos del lugar y ver lo que suben a la red los visitantes.
Y si en algún caso la foto es irrespetuosa hacia las víctimas, se puede reaccionar, por ejemplo ante selfies de personas que simulan el lanzamiento de un cuerpo sobre los raíles que llevaban a las cámaras de gas de Birkenau.
«Pero Twitter parece que se ha convertido en nuestra herramienta de comunicación más importante», subraya el responsable de redes del museo.
Con ocasión del 75 aniversario de la liberación del campo, en enero de este año, el museo registró 270 millones de interacciones en Twitter.
Twitter sirve para transmitir la memoria y educar, pero también permite una respuesta rápida. Sawicki, periodista de 39 años de edad, verifica los mensajes.
Las correcciones
«Solemos corregir a la prensa que comete algunas vces errores», explica. «Antes, llamábamos a la redacción, escribíamos correos electrónicos y a veces llevaba semanas hacer una corrección. Ahora, gracias a Twitter este tiempo es menor; a veces son unos minutos, algunas horas a los sumo para reaccionar y corregir un artículo».
Sawicki también puede corregir a políticos, como el presidente de la Duma rusa (parlamento) Viacheslav Volodin que en enero pidió a los responsables polacos que se disculparan por los campos de exterminio que la Alemania nazi había instalado en su territorio.
Sawicki le recomendó que siguiera en línea un curso de historia sobre el campo y el Holocausto preparados por especialistas.
«No queremos que en el debate político actual se explote de cualquier manera este lugar de memoria», Sawicki.
Un año antes, encontró, con sus colaboradores, varios errores históricos contenidos en el exitoso libro El Tatuador de Auschwitz de Heather Morris que «crean una versión deformada de Auschwitz. Es peligroso e irrespetuoso con la historia. La historia se merece algo mejor», se puede leer en los tuits del museo que reprocha a la autora que haya inventado un pasaje con un bus transformado en cámara de gas.
El año pasado llevó al gigante estadounidense del comercio por internet Amazon a prohibir la venta de decoraciones de Navidad de imágenes del antiguo campo.
Siempre reacciona cuando alguien utiliza el término «campo polaco» en lugar de «campo nazi alemán».
El tuit que conmemora a Jacqueline Benguigui ha sido reenviado 1.500 veces y suscitado cerca de 200 comentarios.
«Leo esto todos los días y pronuncio los nombres en mi cabeza para validar su existencia. Cada nombre me entristece. Esta noche, mi estómago ha cedido y mi corazón se ha partido y realmente me ha dolido. Gracias por haber mantenido a esta gente con vida», escribió el internauta @swixon.