Dejar brotar la creatividad en la cama quizá sea una de las máximas más reiteradas en las consultas de terapia sexual.
Y es que en la búsqueda del placer, en la cual cada persona es un mundo aparte, como recuerdan los expertos, la experimentación resulta fundamental.
Sin embargo, a la par del llamado a innovar en el sexo, está demostrado que el exceso de imaginación también podría ser contraproducente.
Por eso, con base a los textos de Esther Balac, columnista experta de EL TIEMPO, presentamos las lesiones más comunes que podrían ocurrir durante el sexo.
Fractura del pene durante el sexo
Aunque el órgano reproductor masculino no pueda fracturarse en el sentido formal (como un hueso), sí existe la denominada fractura peneana.
Este traumatismo se da cuando se rompe la túnica albugínea, una de las capas internas del pene.
De acuerdo con Balac, la lesión se suele presentar cuando el órgano se sale de la cavidad vaginal y va a dar en la pelvis de la mujer.
Usualmente el sonido de la ruptura es el que da el aviso de la fractura. Luego, el dolor intenso, la inflamación y los posibles hematomas podrían alertar de que se haya presentado la lesión.
Según la cadena británica BBC, «los estudios indican que uno de cada 100 mil hombres sufre este tipo de traumatismo».
Además, «se dice que 30% y 50% de los casos, la fractura se produce durante las relaciones sexuales muy fuertes».
En caso de sospechar sufrir la fractura peneana, la recomendación de los expertos es consultar al médico inmediatamente.
Desgarros vaginales
En las mujeres, una de las lesiones más frecuentes que se dan durante las prácticas sexuales es el desgarro vaginal.
Clínicamente, como apunta E. Balac, los desgarros «son rasgaduras de los músculos y demás tejidos blandos (incluida la piel) que están alrededor del orificio vaginal».
Usualmente, se presenta este traumatismo cuando hay una penetración excesivamente brusca, independientemente de que sea con alguna parte del cuerpo o un juguete sexual.
Conforme remarcan los expertos, la resequedad vaginal también podría favorecer su desencadenamiento.
Asimismo, quienes practican el sexo anal también podrían llegar a sufrir desgarros en su recto cuando la penetración es demasiado fuerte.
Tirones musculares
La que seguramente sea la lesión más común durante la práctica del sexo es la distensión muscular en partes como las piernas o la espalda.
Los tirones, como se les suele llamar, pueden aparecer cuando se realizan movimientos muy intensos o el acto es muy prolongado.
En síntesis, los estiramientos excesivos, las contracciones exageradas o la exigencia mayor a la resistencia pueden desatar estos desgarros.
«El efecto puede ser tan grave que la persona quede bloqueada. Así es, privada de movimiento», señala la columnista Balac en uno de sus escritos.
El llamado de los expertos para evitar las distensiones es practicar ejercicio de forma regular. En dado caso, tampoco caería mal estirar minutos antes del sexo.
Luxaciones y esguinces
Y aunque no son tan frecuentes como los tirones, en los casos más extremos, también se pueden presentar luxaciones y esguinces durante el acto sexual (sobre todo en personas que pretenden llevar sus cuerpos al límite máximo).
En este caso, como en tantos otros, el exceso puede ser perjudicial para la salud.
Cuerpos extraños atorados
Si bien se han reportado situaciones de objetos que quedan atorados en la cavidad vaginal, el mayor riesgo suele darse cuando los cuerpos extraños se quedan en la vía rectal.
«La causa general es un descuido en el proceso de búsqueda de estimulación erótica. El riesgo de que algún objeto se deslice de manera irrecuperable por esta vía es muy alto; las peores lesiones, hay que decirlo, ocurren cuando angustiosamente el afectado trata de sacarlo», explica E. Balac.
Bajo esa lógica, dado que se presente esta anomalía, la recomendación es ir de inmediato a un médico para valorar la gravedad de lo ocurrido.
Caídas, moretones y raspones
Entre las situaciones inesperadas que podrían ocurrir durante el sexo, las caídas suelen ser de las más frecuentes.
Y es que un mal apoyo o un movimiento brusco en el coito podrían representar un golpe que, en los casos más leves, ocasiona un moretón o un raspón.
Esto es de precaución, por ejemplo, para quienes optan por tener relaciones en pisos resbalosos como las baldosas de algunos baños.
No hay que pasar por alto que, en ciertas oportunidades, dependiendo de la caída, podrían llegar a presentarse traumatismos más graves.
Estrangulamiento del pene en el sexo
Aunque no es tan común como la fractura, el estrangulamiento del pene también se puede presentar durante las prácticas sexuales.
Usualmente se genera por presiones prolongadas que obstruyen la circulación de sangre.
Los hombres que optan por introducir objetos en el meato (el orificio del pene) pueden sufrir de esta afección.
De acuerdo con los expertos, el estrangulamiento puede derivar en un simple engrosamiento, una ulceración, una fístula urinaria o, en los peores casos, gangrena.
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