Las discusiones en torno a un cambio de nombre de la viruela del mono, que algunos países y expertos consideran vejatorio, comenzaron bajo el impulso de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Habrá «anuncios lo antes posible» sobre ese cambio, aseguró la semana pasada el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El objetivo no es solamente cambiar el nombre de la viruela del mono, presente ya en más de 40 países, sino también el nombre de sus diferentes cepas.
Esas cepas se nombran a partir de regiones o países africanos donde se localizan por primera vez. Por ejemplo, la cepa de África occidental, o la de la cuenca del Congo (más mortífera).
A principios de junio una treintena de científicos, buena parte de ellos africanos, publicaron una carta abierta en la que exigían cambiar esa nomenclatura para que «no sea discriminatoria ni estigmatizante».
Según esos científicos, teniendo en cuenta que desde mayo una nueva versión del virus circula por el mundo, debería denominarse simplemente hMPXV (h por humano).
Presente en todo el mundo
Tras una oleada inicial en diez países africanos, 84% de los casos nuevos se detectaron este año en Europa, y 12% en el continente americano.
En total se han detectado unos 2.100 casos de viruela del mono en lo que va de año en todo el mundo.
Además, denominar la enfermedad viruela del mono implica relacionarla básicamente con países africanos, critican algunos expertos.
«No es una enfermedad que realmente pueda atribuirse a los monos», explicó a la AFP el virólogo Oyewale Tomori, de la universidad Redeemer en Nigeria.
La enfermedad la descubrieron los científicos daneses en los años 1950 en monos enjaulados en laboratorios.
Sin embargo, los animales que transmiten la enfermedad en la vida real son más bien los roedores.
El continente africano ha sido históricamente relacionado con grandes pandemias.
«Lo vimos ante todo con el sida en los años 1980, o el virus del Ébola en 2013, y luego con el covid y las supuestas variantes sudafricanas» explicó a la AFP el epidemiologista Oliver Restif.
«Este es un debate más amplio y está relacionado con la estigmatización de África», denunció.
Este experto critica incluso las imágenes que utilizan los medios de comunicación para ilustrar las noticias en torno a la viruela del mono.
Se trata a menudo de «viejas fotografías de pacientes africanos», cuando en realidad los casos actuales «son mucho menos graves», aseveró.