Este 21 de octubre se cumplen 140 años de la prueba con éxito de la primera bombilla de luz incandescente fabricada por Thomas Alva Edison.
La bombilla es uno de los diez mayores inventos, junto al telégrafo sin hilos, el avión, el automóvil, el cine, el fonógrafo o la máquina de rayos X, de acuerdo con Scientific American.
En 1878, Thomas Edison comenzó a trabajar en un sistema de iluminación eléctrica, algo que esperaba que pudiera competir con el gas y la iluminación a base de aceite.
Empezó por abordar el problema de la creación de una lámpara incandescente de larga duración, necesario para su uso en interiores. Muchos inventores idearon previamente lámparas incandescentes, pero no resultaban prácticas desde el punto de vista comercial. Estos diseños tenían corto margen de funcionamiento, alto costo y elevada corriente necesaria.
Edison se dio cuenta de que crear un artefacto de tamaño manejable económicamente tendría que llegar a una lámpara que usara baja cantidad de corriente. Esto significaba que la lámpara tendría que tener una alta resistencia y hacerla funcionar a una tensión relativamente baja, alrededor de 110 voltios.
Después de muchos experimentos, primero con filamentos de carbono y luego con platino y otros metales, volvió finalmente a un filamento de carbono. La primera prueba exitosa de Thomas Edison fue el 21 de octubre de 1879, con la bombilla que duró encendida 13,5 horas.
Edison continuó mejorando este diseño hasta alcanzar las 40 horas de funcionamiento, y el 4 de noviembre de 1879 solicitó patente para una lámpara eléctrica utilizando un filamento de carbono y el vacío en su interior. Esta fue la primera luz incandescente comercialmente práctica. La patente le fue concedida el 27 de enero de 1880.