Instagram, la red social para compartir imágenes, no supervisa las conversaciones privadas de sus usuarios para enviarles luego anuncios dirigidos, afirmó su jefe, Adam Mosseri, en una entrevista con CBS difundida el martes.
“No miramos sus mensajes, no escuchamos en su micrófono, sería extremadamente problemático por muchas razones diferentes”, dijo. “Pero soy consciente de que a ustedes les costará creerme”.
Al jefe de Instagram, propiedad de Facebook, se le preguntó acerca de que los anuncios publicitarios de los productos mencionados en conversaciones privadas podían aparecer más tarde en el hilo de los usuarios en cuestión. “Hay dos formas de que esto pueda suceder”, respondió Mosseri. “Una es simplemente el azar, la otra es que puede que usted haya mencionado un tema que le vino a la mente porque ha estado interactuando con ese tipo de contenido recientemente”.
“Supongamos que usted está interesado en la comida y los restaurantes, ha visto un restaurante en Facebook o Instagram que le gustó, le quedó en la mente, tal vez en un nivel subconsciente, y sale más tarde”, afirmó Mosseri.
El asunto de la confidencialidad de los datos de los usuarios de las redes sociales es particularmente delicado para la empresa matriz de Instagram, Facebook, desde el escándalo mundial en 2018 sobre la información de los usuarios a la que accedió la firma Cambridge Analytica.
Mosseri mencionó durante la entrevista el asunto de los videos hiperrealistas que permiten, por ejemplo, hacer parecer que la gente dice palabras que nunca ha dicho, contenidos conocidos como “deepfake” o “falsificación profunda”.
A mediados de junio, el propio presidente de Facebook, Mark Zuckerberg, fue víctima de una “falsificación profunda”, que un artista publicó en Instagram, y la red social tomó la decisión de no eliminarla porque no violaba sus reglas. “Actualmente, no tenemos una política contra las ‘deepfake’, estamos evaluando si establecer una, y si es así, cómo podemos definirlas”, dijo Mosseri.
Instagram, como su casa matriz, intenta encontrar un “equilibrio” entre la seguridad y la libertad de expresión, explicó el responsable. Un ejercicio un poco acrobático que ha convertido al grupo, en blanco de críticas permanentes, acusado con frecuencia de no actuar con suficiente asertividad o contundencia.
A fines de mayo, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, también fue blanco de una “deepfake”. La legisladora demócrata manifestó entonces su enorme molestia hacia Facebook por haberse negado a eliminar el video manipulado en el que ella hablaba con dificultad, como si estuviera ebria.
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