El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, anunció este martes que la política oficial de su país es enviar astronautas estadounidenses a la Luna en un plazo de cinco años, y mandar también allí a la primera mujer.
«Por orden del presidente [Donald Trump], la política oficial de esta administración y de Estados Unidos es hacer volver a los astronautas estadounidenses a la Luna en cinco años», dijo Pence durante un discurso en Huntsville, Alabama.
«La primera mujer y el próximo hombre en la Luna serán astronautas estadounidenses, lanzados por cohetes americanos desde suelo de EE UU», agregó.
El anuncio, que se hace a pocos meses de cumplirse 50 años de que el Apolo 11 llegara a la Luna, es más ambicioso de lo adelantado por Jim Bridenstine, el jefe de la NASA.
La NASA quiere tener en la Luna un módulo de aterrizaje en 2024, y acaba de lanzar una licitación al sector privado, cuyas propuestas deben presentarse antes del 25 de marzo para una primera selección en mayo, un calendario ajustado para una agencia cuya historia está llena de proyectos que tienen años de retraso por haber excedido su presupuesto en miles de millones.
«Esta vez, cuando volvamos a la Luna, nos quedaremos allí», dijo el administrador de la NASA en febrero. «No dejaremos banderas y huellas, entraremos en casa y no volveremos durante 50 años (…) Podremos hacer viajes de ida y vuelta con humanos», agregó.
La NASA planea poner en la órbita lunar una pequeña estación para el año 2026, que servirá como lugar de tránsito para los viajes Tierra-Luna, pero que no estará diseñada para una presencia permanente, como es el caso de la Estación Espacial Internacional (EEI), en la órbita terrestre.
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