En la actualidad recurrimos con frecuencia a internet como fuente de conocimiento y aprendizaje. La reciente pandemia ha puesto de manifiesto el inmenso potencial del aprendizaje en línea cuando las circunstancias impiden asistir a clases presenciales con normalidad.
La oferta es tan variopinta que podemos apuntarnos a un curso de acuarela o de estadística descriptiva sin problema alguno. Pero ¿es igualmente válido el formato digital para todas las materias?
En el caso de aquellas que están centradas en el desarrollo de destrezas y que requieren práctica continuada, como son las lenguas extranjeras, hay quienes opinan que el aprendizaje solo es verdaderamente eficaz en las clases presenciales.
En este artículo exploraremos las perspectivas aportadas desde la investigación en Enseñanza de Lenguas Asistida por Ordenador (ELAO) y describiremos el potencial de esta modalidad de aprendizaje, así como los retos a los que se enfrenta.
Tecnología y lenguas: un binomio de éxito
Desde el siglo pasado numerosos estudios han resaltado los beneficios que aporta el uso de la tecnología al aprendizaje de lenguas extranjeras y los cursos en línea han proliferado.
El aprendizaje en entornos digitales ofrece varias ventajas frente al presencial:
- Está disponible en cualquier momento, y puede ser síncrono o asíncrono.
- Es ubicuo, puesto que puede suceder en cualquier lugar.
- El grupo de aprendizaje se abre a comunidades virtuales, no es un grupo cerrado.
- Es más proclive a utilizar metodologías innovadoras, frente al aprendizaje presencial que en ocasiones sigue la inercia de metodologías más tradicionales.
En cuanto a los retos a los que se enfrenta esta modalidad educativa, hay investigaciones que han detallado las diferencias entre la enseñanza–aprendizaje de lenguas presencial y en línea, así como las competencias que debe adquirir el profesorado para desarrollar su labor de forma efectiva en un entorno digital:
- Competencia digital básica.
- Competencia técnica específica en programas informáticos utilizados.
- Capacidad para hacerse cargo tanto de las limitaciones como de las posibilidades del medio digital.
- Socialización en línea.
- Asesoramiento en la competencia lingüística.
- Creatividad.
- Desarrollo de un estilo propio (que es quizá la más difícil de conseguir para los profesores que pasan de un entorno presencial a uno virtual).
Pros y contras para los estudiantes
También los estudiantes deben desarrollar nuevas capacidades en estos entornos digitales. En lenguas extranjeras, en concreto, uno de los principales cambios es que la interacción en línea no tiene por qué ser inmediata –puede ser asíncrona– y además se pierde la información que aportan el lenguaje no verbal y los gestos, lo cual puede originar problemas en la comunicación.
Sin embargo, como ventaja de este medio podemos señalar la posibilidad de “reinventarse”: aquellos estudiantes que son tímidos y sufren al hablar en público en una lengua extranjera encuentran mucho más fácil el hacerlo con un dispositivo móvil o el ordenador, puesto que además la tecnología les da la posibilidad de borrar y volver a realizar la actividad o grabación varias veces, hasta que estén satisfechos con el resultado.
Cómo evitar el aislamiento
Otro aspecto negativo del aprendizaje en línea puede ser sentimiento de aislamiento o soledad, algo que se enfatiza en el caso de las lenguas extranjeras, ya que su razón de ser es la comunicación, inherentemente social.
Como solución a este problema, la investigación apunta a cinco etapas en el aprendizaje en línea, en las que la interacción entre docente y estudiante va aumentando progresivamente:
- Acceso y motivación.
- Socialización en línea.
- Intercambio de información.
- Construcción del conocimiento.
- Desarrollo del nuevo conocimiento adquirido.
De acuerdo con estas etapas, se trata de que los estudiantes se sientan acompañados en su aprendizaje digital, sobre todo en aquellos momentos en que les resulte más arduo.
En este sentido, en el ámbito de las lenguas extranjeras se ha de prestar especial atención a las destrezas productivas (producción e interacción oral y escrita), puesto que son las que requieren un mayor esfuerzo cognitivo por parte del estudiante.
Debemos ser realistas
Como conclusión, podemos decir que es posible aprender lenguas extranjeras de manera eficaz en un curso en línea, pero debemos ser conscientes de las limitaciones de este medio.
Así pues, cuando nos registremos en un curso en línea debemos ser realistas en nuestras expectativas. Tal y como hemos visto, el aprendizaje de lenguas extranjeras resulta una experiencia más gratificante cuando lo hacemos cara a cara, con interacción directa y en tiempo real y además requiere la adquisición de nuevas competencias por parte de estudiantes y docentes.
Esto requiere un esfuerzo añadido, pero en ciertas circunstancias en que carecemos de tiempo, o a causa de limitaciones geográficas, económicas o de cualquier otro tipo –como en la reciente pandemia– estos cursos en línea se convierten en una excelente oportunidad para nuestro aprendizaje.
Elena Martín-Monje, profesora de Filología Inglesa, UNED – Universidad Nacional de Educación a Distancia
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.