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El Vaticano explora los agujeros negros para intentar comprender mejor los misterios del universo

Por El Debate
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Alo largo de la historia, la Iglesia siempre ha mostrado interés para tratar de descubrir, entender y explicar los misterios de la Creación a través de las ciencias. Ese deseo se materializó con la construcción del primer Observatorio Astronómico Vaticano en 1578 por mandato del Papa Gregorio XIII. Funcionó hasta 1930, año en el que Pío XI lo trasladó a la residencia veraniega de los Pontífices, en Castel Gandolfo, por la contaminación lumínica de Roma. Desde allí, Pablo VI siguió la misión del Apolo 11 a la Luna.

Del 16 al 21 de junio, la Specola Vaticana -su nombre oficial- será el punto de encuentro de un Congreso Internacional que reunirá al mundo de la astronomía y la física. Hasta 40 científicos discutirán sobre agujeros negros, ondas gravitacionales y singularidades del espacio-tiempo. Contarán con los Premios Nobel de Física, Adam Riess, especializado en el estudio de supernovas, y Roger Penrose, clave para la definición actual de la formación de agujeros negros.

En 2017, el Vaticano organizó otro congreso para homenajear al sacerdote y astrofísico belga, Georges Lemaître, padre de la conocida teoría del Big Bang sobre el origen del universo y precursora de la gravedad cuántica. Lemaître sabía que plantear un universo eterno no contradecía su fe en un Dios creador, porque no precisa de un inicio en el tiempo.

Abordar cuestiones fundamentales

El director del Observatorio Vaticano, el sacerdote jesuita Guy Consolmagno, que además fue científico durante 20 años, aseguraba que se tratará de buscar la verdad, sin perder de vista «lo mucho que aún no podemos saber». Añadía que una investigación bajo la fe «empuja a abordar cuestiones fundamentales para las que aún no hay respuesta».

Por su parte, el vicedirector de la Specola, el cosmólogo jesuita Gabriele Gionti, ha revelado que otros 150 científicos seguirán por videoconferencia el congreso.

El objetivo en esta ocasión, al igual que en la anterior, es la de fomentar «una fructífera interacción entre los participantes y crear un entorno estimulante para la aparición de nuevas ideas y líneas de investigación». Igualmente, tratarán el funcionamiento del universo por medio de preguntas sobre la verdadera naturaleza del espacio y del tiempo, la conciliación de las leyes de la mecánica cuántica con la relatividad general de Einstein que rige el comportamiento gravitatorio en los primeros momentos del universo, o qué dicen las singularidades del espacio-tiempo sobre la naturaleza de este. Las conclusiones de la reunión se publicarán el 21 de junio en Albano Laziale, diócesis de la que depende el observatorio.

La actividad de la Specola

En la actualidad, el Observatorio Vaticano tiene una segunda sede en Estados Unidos, en la Universidad de Arizona. En el observatorio Steward emplean un telescopio con tecnología avanzada en el monte Graham, recopilando datos que luego se analizan en Castel Gandolfo. Los resultados se suelen publicar en revistas internacionales y en un Informe Anual que se envía a otros 400 institutos.

Además, allí se desarrollan programas de investigación con otros institutos como la Unión Astronómica Internacional o el Centro Internacional de Astrofísica Relativística, junto con cursos en verano cada dos años para estudiantes de astronomía.

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