En menos de 2 siglos el cambio climático transformó profundamente el paisaje de los Alpes suizos y creó más de 1.000 nuevos lagos a causa del deshielo de los glaciares. Así lo reveló un estudio de organismos oficiales helvéticos.
Este nuevo inventario de los lagos glaciares suizos mostró que desde el final de la Pequeña Edad de Hielo, hacia 1850, unos 1.200 nuevos lagos aparecieron en antiguas zonas de glaciares.
El estudio del Instituto Federal Suizo de Ciencias y Tecnologías del Agua (Eawag), la Universidad de Zúrich y la Oficina Federal del Medioambiente informaron que unos 1.000 de estos lagos siguen existiendo en la actualidad.
«Nos ha sorprendido. Por un lado, por su número impresionante; y, por el otro, por su formación mucho más rápida de lo esperado”, explica Daniel Odermatt. El experto es responsable del grupo de teledetección de Eawag, citado en el comunicado de presentación del informe.
«A principios del proyecto, habíamos apostado por un centenar de lagos glaciares de nueva creación”, afirma este investigador. Asimismo, destacó que 180 se formaron solo en la última década.
Odermatt también subrayó que este inventario representa un excelente punto de partida para observar y analizar la influencia del cambio climático en los lagos glaciares.
Como en el resto de los Alpes, los glaciares en Suiza se están derritiendo. Durante el último año, perdieron 2% de su extensión, según informe anual de la Academia Suiza de Ciencias.
Incluso en el caso en que se cumpliera el Acuerdo de París y se limitara a 2 grados Celcius el aumento de la temperatura, está previsto que el deshielo afecte dos terceras partes de los glaciares de los Alpes.
Prueba evidente
Entre 2006 y 2016, la formación de nuevos lagos glaciares se aceleró de forma significativa, precisan los investigadores.
Es una prueba evidente del cambio climático en los Alpes, aseguraron sobre este período en que aparecieron 18 nuevos lagos cada año. Además, las zonas acuáticas se ampliaron anualmente con más de 400 m².
El estudio sobre los lagos glaciares se elaboró a partir de datos registrados desde mediados del siglo XIX.
«Cuando los glaciares empezaron a derretirse a partir del final de la Pequeña Edad de Hielo, esto despertó la curiosidad de los naturalista de esa época», explica Nico Mölg, investigador posdoctoral que trabaja junto con Odermatt.
Los autores del informe pudieron utilizar mapas Dufour realizados entre 1840 y 1870, fotografías aéreas tomadas en 1946 y datos de Swisstopo, la Oficina Federal de topografía.
Además del cambio climático, este informe resulta útil en materia de seguridad.
Por cada uno de los 1.200 lagos, los científicos documentaron la localización, la altitud, las dimensiones. También documentaron la evolución de la extensión del lago y posibles derrames de agua y de tierra.
«En una próxima etapa, estos datos servirán para calcular individualmente los potenciales peligros de cada lago; por ejemplo, el riesgo de vaciado repentino de un lago en caso de que se rompa una de las partes que lo forman», indica el comunicado.
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