La bacteria que causa la tuberculosis dispone de un mecanismo que bloquea la respuesta inmunitaria cuando infecta a un organismo y debido al cual puede progresar. Este sistema quedó al descubierto gracias a un modelo -de su estructura- en 3D y a una propuesta sobre su funcionamiento.
Se trata de un hallazgo muy esperado entre los investigadores que estudian la tuberculosis. “Podría ayudar a revolucionar la búsqueda de nuevos tratamientos contra esta y otras enfermedades bacterianas”, señaló el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de España, que ha participado en el descubrimiento.
El estudio multidisciplinario abre la posibilidad de desarrollar una nueva generación de compuestos, que, en lugar de destruir las bacterias, como hacen los antibióticos, bloquee su virulencia. Esta investigación fue publicada este miércoles por la revista Nature. En dicho trabajo también ha colaborado la Universidad alemana de Würzburg.
Al menos diez millones de personas se enfermaron de tuberculosis en el mundo durante 2017; de estas, fallecieron 1,6 millones. El tratamiento actual tiene 40 años y han surgido cepas que muestran resistencia, por lo que urge encontrar nuevas estrategias terapéuticas.
Cuando un organismo es infectado por Mycobacterium tuberculosis, el sistema inmunitario lanza una compleja respuesta para destruirla. La bacteria los debilita con un sistema de secreción que inyecta determinados factores de virulencia en las células inmunitarias.
Estos factores son moléculas, cuyo cometido es paralizar la respuesta defensiva de las células inmunitarias. Ello hace que la bacteria tenga vía libre para continuar infectando al organismo.
El estudio
Hasta ahora la estructura y el mecanismo de funcionamiento de ese sistema de secreción, llamado T7SS, no se había podido estudiar en detalle. Solo se sabía que tenía forma de estrella de seis puntas (hexámetro), cuyo centro sirve para que la bacteria expulse los factores de virulencia.
Ahora, gracias al trabajo de Óscar Llorca y Ángel Rivera-Calzada, del CNIO, y de Sebastian Geibel y Nikolaos Famelis, de la Universidad de Würzburg, se ha descrito detalladamente cómo es el T7SS desde el punto de vista atómico.
Los investigadores trabajaron con la bacteria M. smegmatis, que se emplea en investigación como modelo para estudiar la M. tuberculosis y que comparte con ella el mismo sistema de secreción.
El trabajo ha mostrado que el T7SS constituye una sofisticada nanomáquina. Varias proteínas cooperan para la inyección de los factores de virulencia en las células del sistema inmune.
El sistema usado por este centro alemán es de gran interés para toda la comunidad investigadora. Este método permitirá probar el efecto de nuevas moléculas, de acuerdo con Rivera-Calzada.
El equipo del CNIO y de la Universidad de Würzburg tratará ahora de estudiar en mayor profundidad cómo ocurre el proceso de secreción en Mycobacterium, lo que abriría nuevas posibilidades para la creación de moléculas que puedan bloquearlo.