El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, creador de la interfaz ChatGPT, alertó este lunes sobre una reglamentación estricta de la inteligencia artificial (IA), que amenaza con frenar su desarrollo, aunque reconoció la necesidad de una vigilancia a largo plazo.
Altman defendió en mayo ante una comisión parlamentaria de Estados Unidos la intervención de los gobiernos para regular la IA. Indicó que era clave para limitar los riesgos vinculados con esta tecnología.
Este lunes, sin embargo, subrayó que su llamado para una mayor regulación no iba dirigido a los sistemas actuales.
«Creo que una reglamentación estricta de este sector o intentar ralentizar esta increíble innovación sería un error», declaró en la Universidad de Tel Aviv, en Israel.
Altman reconoció que el riesgo de una superinteligencia mal usada era real.
Señaló que esta situación es algo que posiblemente se deba afrontar en la próxima década. Esto no dejaría mucho tiempo a las instituciones del mundo para adaptarse.
La visita del empresario estadounidense a Israel forma parte de su gira mundial, que busca tranquilizar sobre las implicaciones de la IA. Además, intenta abogar por una regulación que no sea demasiado restrictiva para su negocio.
La inteligencia artificial generativa de OpenAI, abierta al gran público a finales de 2022, ha generado una avalancha de temores en cuanto a su posible uso con el propósito de desinformación, destrucción de empleo y pillaje de derechos de autor.
En una reunión con el presidente israelí, Isaac Herzog, Altman insistió en la urgencia de encontrar la forma de mitigar estos enormes riesgos.