Un grupo de científicos estadounidenses desarrolló un detector de armas químicas a partir de piezas del fabricante de juguetes Lego y un teléfono inteligente, según un estudio publicado este jueves en la revista especializada ACS Central Science.
Investigadores de la Universidad de Texas de Estados Unidos (EE UU) programaron un sistema basado en materiales de la marca danesa Lego y un teléfono móvil que es capaz de detectar «con sensibilidad» los compuestos químicos de esas armas, cuantificar la cantidad de veneno y distinguir entre diferentes tipos.
Entre las armas químicas más conocidas se encuentran los agentes nerviosos, unas sustancias altamente tóxicas que evitan que el sistema nervioso funcione correctamente y que pueden causar la muerte en humanos en cuestión de minutos.
Por lo tanto, «es crucial detectar esos compuestos rápidamente para poder tomar medidas rápidas», de acuerdo a los autores, que explicaron que los métodos actuales son «lentos y costosos».
Además, hay dos categorías principales de agentes nerviosos que requieren diferentes protocolos de descontaminación.
Las herramientas que existentes hoy en día no son efectivas para diferenciar entre esas clases, lo cual es relevante porque una es más tóxica y menos volátil que la otra.
Para solucionar esta problemática, los investigadores de la Universidad de Texas Eric Anslyn y Edward Marcotte crearon una configuración instrumental y un método «que abordara estos problemas y fuera fácil de usar».
Los investigadores desarrollaron «una cascada de reacciones» que amplifican una señal óptica generada por la descomposición de los agentes nerviosos, señalaron los expertos.
Las mezclas resultantes cambian su color e intensidad de emisión en relación con la cantidad de armas químicas presentes.
Este cambio visual de emisión proporciona una prueba sensible que puede leerse utilizando artículos domésticos y de laboratorio comunes y de bajo costo.
El diseño de este sistema presenta una caja formada con bloques de Lego; un teléfono inteligente que actúa como la cámara del instrumento; una lámpara de radiación ultravioleta (UV); y una microplaca de 96 pocillos.