*CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Ballenas en la ciudad

por El Nacional El Nacional

Por Marijul Narváez y Clemente Balladares
@rioverdeoficial @jul_narvaez

Es una redundancia decirlo, sin embargo hay que destacar siempre: no ha existido ni existe actualmente en nuestro planeta animal más grande que las ballenas. La especie de mayor talla hoy en día es la azul (Balaenopteramusculus) que llega a medir hasta 32 metros y pesar unas 190 toneladas. La osamenta completa del dinosaurio más largo no alcanza 28 metros. Es como dos grandes autobuses flotantes. La azul logra sumergirse durante media hora, para luego expulsar en la superficie uno de los característicos chorros, el más alto de cualquier cetáceo, 9 metros de exhalación vital que necesita este mamífero para volver a respirar.

En las aguas del mundo, incluyendo por supuesto los ríos, existen 85 especies de delfines, marsopas y ballenas. Como biólogo marino nos narra Clemente Balladares lo impactante y maravilloso que resulta el encuentro con una ballena de más de 5 metros. «Los avistamientos son algo más impactante que los varamientos, porque a pesar de que no vemos al animal completo como cuando están encallados en las playas, apreciamos su nado, la respiración y ese patrón de emergencia e inmersión que es característico para cada especie». Una de las especies más increíbles que he logrado ver fue un cachalote (Physetermacrocephalus, la típica ballena blanca Moby Dick del famoso libro de Herman Melville casi nunca de ese color, más bien gris muy oscuro): saca primero su cuadrado rostro, exhala en forma diagonal hacia arriba su soplido para luego hundirse mostrando completa su poderosa cola que impulsa sus 16 metros de largo. A esta ballena también le dicen esperma, por el aceite que tiene en su cabeza el cual en el siglo XIX iluminaba las calles de Londres.

Los venezolanos  están habituados a ver delfines en las costas, un recuerdo latente de los largos viajes en ferry desde el Puerto La Cruz a Margarita, pero se sorprenden al saber que en las costas cercanas a las áreas urbanas pueden ver mamíferos de gran tamaño, son cada vez más frecuentes ver videos en redes de avistamientos de orcas y otras grandes especies de ballenas, en nuestras costas. En nuestros mares pueden observarse seis grandes ballenas como el cachalote, se cree vienen a nuestras aguas a reproducirse principalmente. En marzo de 2011 un grupo de turistas logró ver a una ballena jorobada (Megapteranovaeangliae) sacar sus aletas pectorales de más de 4 metros de largo frente a las costas de Puerto La Cruz, por ello es fundamental apoyar iniciativas que promuevan su conservación e investigación.

El avistamiento de ballenas en sus hábitats se ve como una alternativa ética a esa actividad en cautiverio, que contribuye a crear conciencia y educar a las personas sobre los cetáceos y la conservación marina, además de proporcionar una plataforma para la investigación y la recopilación de datos científicos, generando beneficios económicos para una porción cada vez más amplia de las comunidades costeras donde se lleva a cabo, lo que resulta en una distribución socialmente más justa de las ganancias, a diferencia de su captura comercial.  Venezuela no está dentro de los grandes lugares de avistamiento del mundo como Baja California, Hawái, República Dominicana, Nueva Zelanda o el Pacifico Colombiano, no obstante puede ofrecer maravillosos momentos con estos gigantes gentiles, con gran potencial turístico como la isla de Margarita, el Parque Nacional Mochima y en la Península de Paria o el Golfo del mismo nombre que hace unos 60 años se llamaba Golfo de la Ballena… por algo sería.