Misiones en tierras gélidas
El diagnóstico del estado de los territorios helados es un aspecto esencial para anticipar qué ocurrirá con el clima en los próximos años. Ese será el objetivo de varios proyectos de envergadura que se desplegarán en los polos. Uno de los más importantes es la misión conjunta de investigadores de Estados Unidos y Gran Bretaña para estudiar las condiciones del glaciar Thwaites, una gélida mole de más de 170.000 kilómetroscuadrados que se teme que colapse en las próximas décadas, lo que contribuiría a un aumento catastrófico del nivel del mar. El esfuerzo, que tomará 5 años y supone una inversión de 50 millones de dólares, incluye el uso de vehículos autónomos submarinos y sensores que serán adheridos a un grupo de focas y que permitirán echar un vistazo a las profundidades del océano. Otra iniciativa tendrá lugar en el Ártico, donde investigadores de 17 países participarán, a partir de septiembre, de los estudios de un observatorio multidisciplinario que, a un costo de 120 millones de euros, se instalará durante un año a bordo del rompehielos alemán RV Polarstern.
Límites a las tijeras genéticas
Pese a las dudas, sospechas y críticas que levantó, el anuncio del científico He Jiankui, dela Universidad de Ciencia y Tecnología de Shenzhen, China, de que había logrado utilizar exitosamente la tecnología de edición genética CRISPR/Cas9 para modificar el ADN de unas gemelas con el fin de hacerlas inmunes al virus del sida, se convirtió en una de las noticias que protagonizó los titulares periodísticos en 2018. La pregunta que se hizo la revista Science sobre si Jiankui afrontaría sanciones encontró pronto una respuesta, pues una investigación de The New York Times acaba de revelar que el controversial genetista, que había desaparecido ante el asombro mundial, fue recluido por las autoridades de su país en arresto domiciliario. En todo caso, su publicitado experimento, aún por confirmar, puso sobre el tapete la urgencia de crear un marco regulatorio que garantice que la manipulación de los genes humanos se hará de forma responsable y ética. Aunque en la mayoría de los países está proscrita esta clase de investigación, las leyes del gigante asiático no se actualizan desde 2003.
Pasaportes a la frontera cósmica
A mediados de año se conocerá cuál será el siguiente paso de la NASA en la exploración espacial, para el que invertirá mil millones de dólares provenientes del programa Nuevas Fronteras. Uno de los proyectos preseleccionados es Dragonfly, un helicóptero semiautónomo para sobrevolar Titán, la mayor de las lunas de Saturno, un infierno recorrido por ríos de metano líquido en el que se buscarán pistas de reacciones químicas que puedan estar relacionadas con la vida. El otro finalista es la misión de exploración astrobiológica del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko que recabaría muestras que podrían revelar cuál fue el aporte de agua y compuestos orgánicos que estos cuerpos estelares hicieron a la Tierra en su edad temprana. Nature destaca la culminación del telescopio de apertura esférica de Guizhou, China, de más de 500 metros de diámetro, que se construyó a un costo de 170 millones de dólares. Aunque desde 2016 hafuncionado parcialmente, a partir de septiembre podrá usarse en todo su potencial, lo que ha generado expectativas sobre los nuevos descubrimientos que permitirá, entre ellos, el estudio de fenómenos que inquietan a los astrónomos, como las misteriosas ráfagas de ondas de radio provenientes de galaxias distantes.
El vuelo de los transgénicos
La malaria, que según la Organización Mundial de la Salud causa más de 400.000 muertes cada año, sigue siendo uno de los mayores retos sanitarios para la humanidad, pero la ciencia prepara nuevas armas para vencerla. Este año se producirá la primera liberación de mosquitos anófeles modificados en su ADN, como parte de una estrategia que quiere socavar las comunidades del insecto para frenar la transmisión del parásito que causa la enfermedad. Está previsto que esto ocurra en Burkina Faso, África, a cargo del consorcio sin fines de lucro Target Malaria. En la primera fase se soltarán cerca de 10.000 mosquitos machos genéticamente esterilizados para observar su comportamiento.
Tecnología solar para producir frío
Las dos influyentes revistas científicas coincidieron en destacar como uno de los próximos hitos de la ciencia un experimento que preparan investigadores de la Universidad de Harvard para ensayar cómo enfriar artificialmente el planeta con el uso de geoingeniería solar. Si funciona, sería una esperanza para encontrar una solución al agobiante aumento de las emisiones de CO2, imparable pese a las advertencias de los expertos. El Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica, conocido como Scopex, consistirá en imitar, en pequeña escala, el efecto de enfriamiento que se produce con las erupciones volcánicas, mediante la difusión de partículas en la atmósfera que tendrían un efecto de reflexión de la luz solar. El plan del equipo, que aún espera la aprobación por parte de un consejo asesor, es lanzar un globo hacia la estratósfera, donde liberará 100 gramos de carbonato de calcio para observar lo que ocurre. Hay quienes critican este tipo de esfuerzos y señalan que puede distraer la atención de lo verdaderamente prioritario: lograr el consenso necesario para disminuir los gases de efecto invernadero.
Un censo para el planeta
Los científicos ya han alertado que podríamos estar atravesando lo que se ha bautizado como la sexta gran extinción masiva de especies. Eso hace especialmente importante el lanzamiento del informe sobre el estado de la biodiversidad y de los ecosistemas del planeta que se dará a conocer en mayo, un esfuerzo científico auspiciado por la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas, en el que se han invertido tres años de trabajo y que ha costado 2,4 millones de dólares, recuerda Science. La investigación, en la que participaron expertos de 50 países, revisó, a partir de la literatura científica y de datos gubernamentales, las tendencias en indicadores como la desaparición de especies y la extensión de áreas protegidas y cómo han evolucionado en los últimos 50 años, lo que permitirá determinar cuál ha sido el progreso real en la consecución de los objetivos internacionales de conservación de la biodiversidad. Luego de que se conozca el documento se espera que se produzcan nuevos lineamientos en esta materia.