Un equipo científico estadounidense ha identificado cómo el cerebro vincula los recuerdos y ha comprobado en experimentos en ratones que un fármaco contra el VIH podría combatir la pérdida de memoria en la mediana edad.
Los cerebros humanos rara vez registran recuerdos individuales, sino que los almacenan en grupos, de modo que la rememoración de un recuerdo significativo desencadena el recuerdo de otros conectados por el tiempo.
Sin embargo, a medida que envejecemos el cerebro pierde gradualmente esa capacidad de vincular recuerdos relacionados.
Ahora, investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han descubierto un mecanismo molecular clave para la vinculación de los recuerdos.
También han identificado una forma de restaurar esta función cerebral en ratones de mediana edad y un fármaco aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) que conseguiría lo mismo.
Los resultados, publicados en Nature, sugieren un nuevo método para fortalecer la memoria humana en la mediana edad y una posible intervención temprana para la demencia, resume un comunicado de la universidad.
«Nuestros recuerdos son una parte muy importante de lo que somos», explica Alcino Silva, profesor de neurobiología y psiquiatría en UCLA: «La capacidad de vincular experiencias relacionadas nos enseña a mantenernos seguros y a desenvolvernos con éxito en el mundo».
Las células están repletas de receptores y para entrar en una célula una molécula debe engancharse a su receptor correspondiente, que funciona como un pomo para facilitar el acceso al interior.
El equipo de la UCLA se centró en un gen llamado CCR5 que codifica el receptor CCR5, el mismo que el VIH utiliza para infectar la célula cerebral y causar la pérdida de memoria en los pacientes con sida.
El laboratorio de Silva demostró en una investigación anterior que la actividad del CCR5 reducía el recuerdo.
En el estudio actual, los científicos descubrieron un mecanismo central que subyace a la capacidad que tienen los ratones de vincular sus recuerdos y constataron que el aumento de la expresión de este gen en los cerebros de los ratones de mediana edad interfirió en esta unión de los recuerdos (los animales olvidaron la conexión entre las dos jaulas).
Cuando los científicos eliminaron el gen CCR5 en un grupo de animales, estos fueron capaces de enlazar recuerdos que los otros ratones no podían.
Silva había estudiado el fármaco maraviroc, que la FDA aprobó en 2007 para el tratamiento de la infección por VIH; su laboratorio descubrió que este también suprimía el CCR5 en el cerebro de los ratones.
«Cuando dimos maraviroc a ratones más viejos, el fármaco duplicó el efecto de la eliminación genética del CCR5 de su ADN», señala Silva. «Los animales más viejos fueron capaces de volver a enlazar recuerdos».
El hallazgo sugiere que maraviroc podría utilizarse para ayudar a restaurar la pérdida de memoria en la mediana edad, así como para revertir los déficit cognitivos causados por la infección del VIH.
«Nuestro siguiente paso será organizar un ensayo clínico para comprobar su influencia en la pérdida de memoria temprana con el objetivo de intervenir precozmente», indica Silva. «Una vez que comprendamos plenamente cómo declina la memoria, poseeremos el potencial de ralentizar el proceso».
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