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Charles Darwin: la misteriosa desaparición de los cuadernos del biólogo, perdidos desde hace 20 años

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La Biblioteca de la Universidad de Cambridge informó que dos cuadernos escritos por Charles Darwin, valorados en muchos millones de dólares, están desaparecidos desde hace 20 años.

Uno de ellos contiene el famoso bosquejo del árbol de la vida que explora la relación evolutiva entre las especies.

Tras una «búsqueda exhaustiva», los curadores han llegado a la conclusión de que probablemente han sido robados.

Ahora le hacen un llamado al público para que los ayuden a encontrarlos.

«Es doloroso», le dice a la BBC Jessica Gardner, bibliotecaria de la universidad, agregando que no dejarán «piedra sin levantar» en los esfuerzos para comprender lo que ha pasado.

Los cuadernos fueron vistos por última vez en noviembre de 2000, después de «una solicitud interna» para sacarlos de un almacén especial de manuscritos con el fin de fotografiarlos.

Fueron llevados a un estudio temporal, que en ese momento estaba en un edificio temporal en los terrenos de la biblioteca de la universidad debido a obras de construcción.

No fue sino dos meses después, tras una «revisión de rutina», que se supo que estaban desaparecidos.

«Sabemos que fueron fotografiados en noviembre», explica Gardner. «Pero no sabemos qué sucedió entre aquel momento y enero de 2001, cuando se determinó que no estaban en el lugar que les correspondía en los estantes».

«Y me temo que no hay nada más en el registro que nos diga más».

El boceto del árbol de la vida es una de las notas que se perdieron / Foto BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.

Inicialmente, los bibliotecarios pensaron que podrían haber sido puestos en un lugar equivocado.

«Mis predecesores realmente creyeron que habían sido archivados incorrectamente y que los encontrarían», agrega Gardner, quien se convirtió en la directora de servicios bibliotecarios en 2017.

Hubo una serie de «intensas» búsquedas a lo largo de los años. Ninguna tuvo éxito.

Dado el tamaño de la biblioteca, quizás no sea tan sorprendente. Tiene más de 200 km de estanterías y es hogar de más de 10 millones de mapas, manuscritos y otros objetos.

A principios de este año, Jessica Gardner organizó una nueva misión para encontrar los cuadernos.

El personal especializado recorrió zonas específicas de las instalaciones de almacenamiento de la biblioteca. Llevaron a cabo una verificación «con la punta del dedo» a través de 189 cajas que contienen libros, dibujos y cartas de Darwin. Pero no encontraron rastro de los cuadernos.

Era claro que un nuevo enfoque era necesario, según Gardner, quien admite que «no estaba dispuesta a aceptar» que los cuadernos simplemente «desaparecieran» así por así.

Así que ella y su equipo repasaron completamente lo que sucedió hace 20 años y dice que, «de manera crítica» dieron «un gran paso atrás» sobre la hipótesis de que habían sido archivados incorrectamente.

«A regañadientes, decidí que esa no era la conclusión correcta».

«Probablemente robados»

En cambio, ella ahora cree que es probable que los cuadernos hayan sido robados.

El robo, según dice, «debería haberse considerado como una posibilidad desde el principio, pero no fue así».

Además explica que los procedimientos de seguridad han sido «revisados y endurecidos» durante las últimas dos décadas.

«Ahora bien, si no se encontraba algo de esta escala e importancia, iríamos a la policía».

La policía local ya fue informada y la desaparición de los cuadernos ha sido inscrita en el registro nacional de pérdida de arte.

De igual forma, la policía agregó los cuadernos a la base de datos de obras de arte robadas de la Interpol.

«Dentro de la cabeza de Darwin»

La Biblioteca de la Universidad de Cambridge pide que devuelvan los cuadernos / Foto BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE

En julio de 1837, Charles Darwin tenía apenas 28 años. Desde su casa en Londres, escribió en la parte superior de una página de uno de sus famosos cuadernos de cuero rojo: «Creo». Luego dibujó un delgado bosquejo de un árbol.

Había regresado recientemente de las Islas Galápagos, en Ecuador, a bordo del HMS Beagle y estaba trabajando en ideas científicas que el viaje le inspiró.

«Estos cuadernos son realmente el intento de Darwin de plantearse la pregunta: de dónde vienen las especies, cuál es el origen de las especies», explica Jim Secord, profesor emérito de historia y filosofía de la ciencia de la Universidad de Cambridge.

Más de 20 años después, el 24 de noviembre de 1859, Darwin publicó un árbol de la vida más desarrollado en «El origen de las especies».

«Es casi como estar dentro de la cabeza de Darwin cuando miras estos cuadernos», dice el profesor Secord. «Son apuntes de todo tipo de información».

«Una tragedia»

«Tienes la sensación de que trabajó con estas ideas a gran velocidad y (hay) un tipo de energía intelectual que creo que los cuadernos realmente transmiten».

«Soy fan de James Joyce y siempre me ha llamado la atención que se parezca un poco a Leopold Bloom con esteroides. Simplemente, el sentido de la imaginación científica es muy profundo».

Aunque los cuadernos fueron digitalizados, el profesor Secord dice que las copias nunca podrán reemplazar al original.

«Que un objeto tan icónico desaparezca es realmente una tragedia».

Darwin produjo dos obras innovadoras: El origen de las especies y El origen del hombre / Foto BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.

Los cuadernos son pequeños, no más grandes que una carta postal. Solían guardarse en una caja azul a la medida, del tamaño de un libro de bolsillo.

Todavía es posible que sean encontrados. «No dejaremos de buscar», dice Gardner. Pero hacen falta otros cinco años para completar la búsqueda en los estantes y cuartos de almacenamiento restantes.

Mientras tanto, la biblioteca le pide ayuda al público.

«Hay buenos ejemplos de cosas que se han encontrado gracias a la ayuda del público», asegura Gardner.

«Así que realmente apelaría a los miembros del público, al antiguo personal, a los investigadores, a cualquiera que pueda tener información que arroje luz».

Pero Jessica Gardner se muestra reacia a especular dónde podrían estar los cuadernos.

«Es posible que estén debajo de una cama, en el mejor de los casos, alguien ha descubierto que no puede venderlos o simplemente se está aferrando a ellos», dice.

«Este es el momento de ponerse en contacto de forma segura, incluso anónima», agrega.

«Son esas nuevas pistas las que estamos buscando, con la ayuda de la policía, para ayudar a recuperarlos».

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