Desde épocas antiguas, el mango ha aportado grandes beneficios a la salud. En la India, de donde es originario, era consumido hace miles de años para disminuir los ataques al corazón y mantener la concentración, pero actualmente se le atribuyen muchas otras cualidades medicinales como la de prevenir el cáncer.
Diversos estudios científicos es capaz de reducir el riesgo de cáncer de mama o de colon, dado su alto contenido de sustancias antioxidantes como los polifenoles, vitaminas y minerales que fortalecen el sistema inmunitario.
Su fibra natural le confiere además un poder antiinflamatorio, antibacteriano, antiviral y depurativo, por lo que se le considera ideal para evitar las hemorroides, mejorar la digestión, bajar el colesterol malo, proteger el corazón y el sistema circulatorio.
Esta fruta también es antianémica por su alto contenido de hierro, favorece la visión y tiene un efecto diurético gracias a su aporte de vitamina A y de potasio, razón por la cual se recomienda su consumo a cualquier edad.
El mango es una de las frutas que más se comercializa en el mundo. Su cultivo data de hace más de 6000 años en el continente asiático, y fue en el siglo XVII cuando comenzó a expandirse en otros lugares del planeta tras ser llevado a Brasil por exportadores portugueses.
En Venezuela, se cultiva desde mediados de ese siglo, y su árbol, perteneciente a la especia Mangifina Indica, ha generado muchas variedades de esta fruta, como: el mango de hilacha, de bocado, la manga, el mango jobo y de agua.
Con información de nota de prensa